En este contexto, el vicepresidente de Cáritas, expresó que “todos sabemos muy bien la crisis que estamos atravesando como país, con una economía que da la sensación que está a la deriva con una conducción política desdibujada, todo eso genera incertidumbres enormes con una inflación galopante. Los alimentos tienen un promedio de inflación mayor que la media mensual y todo eso genera más pobreza más marginalidad y desgraciadamente los niveles de pobreza son muy graves”.
“El tema de los alimentos afecta más a las familias más pobres, gastan la mayoría de sus ingresos en alimentos, muchas familias ven reducidas la cantidad de alimentos que pueden comprar y han bajado la calidad de los alimentos que compran. Esto afecta de manera muy especial a los más chicos y a los ancianos, es una situación gravísima que vivimos como país”, agregó.
Asimismo, indicó que “desde Cáritas intentamos responder en lo que se puede, el tema de los alimentos, que se transformó en una demanda enorme y permanente en todas las comunidades parroquiales. El tema alimenticio realmente es un tema serio y muy grave”.
“Desgraciadamente en la Argentina nos acostumbramos a los números, a describir el dolor con números y el dolor son personas. Las estadísticas sirven y son necesarias para tomar decisiones políticas que ayuden a solucionar los problemas. Esto genera incertidumbre, desanimo, desesperanza, situaciones muy complejas que desgraciadamente son rostros concretos, niños que tienen hambre, familias que no pueden comer adecuadamente, abuelos que no tienen la atención alimentaria”, añadió.
Por otra parte, manifestó que “en la Argentina 6 o 7 de cada 10 menores de 14 años, tienen problemas en la alimentación, es un escándalo que en el país de los alimentos tengamos estas dificultades, donde millones están pasando dificultades de pobreza y alimentación”.
“Son situaciones complejas, el hambre de pan hoy es grandísima en Argentina y por supuesto hay hambre de otro tipo, el hambre de Fe, de Dios, el hambre de dignidad y hoy estamos atravesados por el hambre en todo sentido. Lo peor que nos puede pasar es acostumbrarnos a esta realidad como si fuera normal, hay mucho desánimo, mucha desesperanza, un cansancio de luchar en una persona que está en la marginalidad”.
“La Fe juega un papel muy importante, el que cree en Dios se le despierta una esperanza, una fuerza para luchar y no rendirse. Lo peor que le puede pasar a una persona es resignarse a vivir aplastada por la pobreza, por la marginalidad. Si todo en lo pequeñito de cada día podemos dar una mano ya vamos cambiando la realidad”, sostuvo.
En cuanto a los dirigentes políticos, mencionó que “indigna mucho lo que pasa hoy en día en la política, no siempre el político es bueno porque me trajo una bolsita de mercadería o me llevo unos plantines u otra cosa, eso es para la foto y fotos que ya no dicen nada, obvio que la gente lo recibe porque lo necesita, pero a la hora de votar la gente no se deja engañar solo con eso”.
“Hay un mundo de políticos que no logra entender el drama de la gente, por vivir dentro de su micro clima personal, uno de los desafíos más grandes que tienen hoy en día es replantearse qué tipo de política estamos viviendo y entender que la política no es la búsqueda de bienes personales, sino el desgastarse por el beneficio de los demás”, afirmó.
En referencia a la relación con los funcionarios públicos, expresó que “desde Cáritas siempre tuvimos buen diálogo con las personas que están en la función pública, de igual manera como siempre digo que Cáritas nunca permitió el uso de su nombre para las elecciones, en campaña no nos prestamos para ningún tipo de fotos partidarias y por eso mantenemos distancia en las cuestiones electorales”.
Para finalizar, reflexionó con respecto a la crisis del país diciendo que “cada uno de nosotros desde su lugar, no nos olvidemos de dar una mano al que necesita, de la manera que pueda, siempre tratar de brindar ayuda a los demás y a los que más lo necesitan”.