El miércoles, el Gobierno nacional oficializó la salida de Diana Mondino del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, en un movimiento que marca un giro en la política exterior argentina hacia un enfoque de mayor confrontación con regímenes autoritarios y en defensa de los valores de libertad y derechos individuales.
En un comunicado publicado en la cuenta oficial de X de la Oficina del Presidente, se informó que la decisión responde a un “período de cambios profundos” en la diplomacia del país, con el objetivo de reforzar su compromiso con los principios de “libertad, soberanía y derechos individuales” que caracterizan a las democracias occidentales. El mensaje subrayó que el cuerpo diplomático debe reflejar estos valores en sus decisiones, posicionando a Argentina en línea con una política exterior que rechaza enérgicamente a regímenes considerados violadores de derechos humanos.
El Gobierno dejó clara su postura de rechazo hacia el régimen cubano, afirmando su oposición “categórica a la dictadura cubana” y reiterando su compromiso de denunciar a “todos los regímenes que perpetúan la violación de derechos humanos y libertades individuales” en foros internacionales. En esta línea, se anunció una “auditoría del personal de carrera de la Cancillería” para identificar posibles promotores de “agendas enemigas de la libertad”.
La salida de Mondino y el nombramiento de Gerardo Werthein, embajador en Estados Unidos, como su sucesor, marcan un cambio significativo en la política exterior del país, orientada hacia una postura más crítica frente a gobiernos que considera autoritarios. Según el comunicado, este nuevo enfoque busca consolidar la identidad de Argentina dentro del grupo de “democracias occidentales”. Ámbito