Desde su implementación en 2016, las pruebas Aprender se han convertido en una herramienta clave para el análisis del sistema educativo argentino. A pesar de avances significativos en la frecuencia y cobertura de estas evaluaciones, los resultados siguen reflejando desafíos persistentes. Un informe reciente de Argentinos por la Educación y Educar 2050 titulado ¿Qué aprendimos de Aprender? analiza el desempeño de los estudiantes entre 2016 y 2023, destacando dos grandes problemas: bajos niveles de aprendizaje y profundas brechas socioeconómicas.
El estudio, elaborado por Alejandro Ganimian y Verónica Mesalles, señala que las evaluaciones han contribuido a consolidar una “cultura de la evaluación” en el país, pero las cifras de desempeño no han mostrado mejoras significativas. Particularmente en Matemática, los resultados son alarmantes: ocho de cada diez estudiantes de secundaria no alcanzan los estándares esperados. Además, las desigualdades entre estudiantes de distintos estratos socioeconómicos se mantienen como una barrera estructural para el acceso a una educación de calidad.
Resultados preocupantes y desigualdades persistentes
Según el informe, los avances en cobertura y periodicidad han sido notables, especialmente en el nivel primario. Sin embargo, el nivel secundario presenta altas tasas de ausentismo en las evaluaciones, lo que afecta la representatividad de los resultados. Uno de cada cuatro estudiantes no participa de las pruebas, lo que dificulta realizar comparaciones consistentes en el tiempo.
En cuanto a los niveles de desempeño, apenas entre el 1% y el 3% de los estudiantes alcanzan niveles avanzados, mientras que el porcentaje de quienes no logran los aprendizajes mínimos sigue siendo elevado. En Matemática, la situación es crítica: ocho de cada diez alumnos de secundaria están por debajo de los desempeños esperados. “El desempeño ha disminuido en comparación con 2016 y es considerablemente más bajo que el de otros países en pruebas internacionales”, advierte Ganimian.
Otro factor alarmante es la brecha de aprendizaje entre los estudiantes de mayor y menor nivel socioeconómico, que alcanza entre 29 y 36 puntos en Lengua y Matemática. Aunque en esta última área se ha observado una leve reducción de la desigualdad, en Lengua la brecha sigue ampliándose, reflejando un limitado avance en equidad.
Recomendaciones para mejorar la evaluación educativa
El informe propone varias medidas para optimizar el impacto de las pruebas Aprender. Entre las recomendaciones se incluye reforzar la previsibilidad en la evaluación de materias y grados, diversificar los indicadores utilizados para no centrarse exclusivamente en los aspectos negativos, y fortalecer las capacidades de evaluación en las provincias para reducir la dependencia del gobierno nacional.
Además, el estudio subraya la necesidad de transformar los datos obtenidos en acciones concretas que promuevan mejoras en la calidad educativa y mayor equidad. “El escaso progreso en sus resultados debería preocuparnos y motivarnos a actuar”, concluye el informe.
Un desafío pendiente
Las pruebas Aprender han demostrado ser una herramienta valiosa para medir el desempeño del sistema educativo argentino, pero el verdadero reto sigue siendo traducir estas mediciones en políticas públicas efectivas. La construcción de una educación inclusiva y de calidad que cierre las brechas socioeconómicas requiere de un compromiso renovado y acciones concretas que garanticen oportunidades de aprendizaje para todos los estudiantes, sin importar su origen social o económico.