La asfixiante realidad: El alquiler consume más de un tercio de los ingresos familiares


La aspiración de alcanzar la casa propia en Argentina se torna cada vez más inalcanzable para la mayoría de las familias, sumidas en el vértigo de la inflación y las reformas legales que impactan directamente en el mercado de alquileres. Una reciente encuesta realizada por la Federación de Inquilinos Nacional arrojó cifras desoladoras: más de un tercio de los ingresos familiares se destinan al pago del alquiler, un panorama que se torna aún más sombrío con el incremento exponencial posterior a la derogación de la Ley de Alquileres.

Maximiliano Vittar, coordinador del Movimiento de Inquilinos Nacional, advierte sobre el peligro inminente de una crisis habitacional que se profundiza día a día en el país. En diálogo con Santa María de las Misiones, Vittar destacó la cruda realidad que enfrentan las familias, donde incluso en algunos casos una sola persona puede destinar hasta el 70% de su ingreso al pago del alquiler, mientras que en otros hogares este impacto ronda el 50%.

El panorama se torna aún más desolador al examinar las tendencias en los contratos de alquiler. Tras la agitación política y económica del último año, se observa una alarmante disminución en la formalidad de los contratos, con la mayoría de estos limitándose a un período de un año, contrariamente a la estabilidad que ofrecían los contratos de tres años en el pasado.

La situación no es homogénea en todo el país. Regiones como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Ushuaia enfrentan una crisis catastrófica en el mercado de alquileres, mientras que en otras zonas del país, si bien la problemática no alcanza tales extremos, sigue siendo un desafío para las familias encontrar opciones accesibles.

La derogación de la Ley de Alquileres, junto con las modificaciones en el Código Civil que otorgan al propietario un poder sin precedentes para rescindir contratos, ha exacerbado la inestabilidad y la inseguridad en el mercado de alquileres, encareciendo aún más esta opción habitacional para las familias argentinas.

Ante esta situación, se hace evidente la urgencia de políticas que protejan los derechos de los inquilinos y promuevan la estabilidad en el mercado de alquileres, antes de que el sueño de la casa propia se convierta en una quimera inalcanzable para la mayoría de los argentinos. Con información de Primera Edición