“Estamos tapando la urgencia, pero llueve después y no estamos solucionando el problema de base”


En comunicación con Radio TupaMbaé, una de las colaboradoras de la Casa Pastoral Nuestra Señora de Loreto del barrio Los Oleritos de Posadas, Roxana Álvarez, se refirió a la acelerada actividad solidaria que han tenido en estos días, por las intensas lluvias que han generado problemas en el barrio de los oleros y en otros tantos asentamientos precarios de la capital provincial.

En primer lugar, la colaboradora, contó que “el día viernes, hubo una gran cantidad de agua caída como sabemos. Pero esta zona como es un terreno de oleros, tiene demasiados piletones hechos por los propios oleros de la zona”.

Seguidamente explicó que “al pasar el tiempo y al avance las familias, estas han ido adquiriendo los terrenitos y se han estado situando en estos tipos de piletones, con rellenos muy precarios y que por las intensas lluvias, empezaron a drenar todo lo que es la parte de arriba de la ex ruta 213, que desemboca hacia la Av. Jauretche”.

“No es un terreno propicio para ellos y ahí es donde tanta cantidad de agua entró e hizo desastres en muchas de las casitas. Desde el mediodía del viernes más o menos, empezaron a llegar mensajes y tratamos de buscar ayuda para que estas familias que tienen muchos niños, puedan ser socorridas. Así que fue bastante movidito el fin de semana”, subrayó.

Luego, indicó cuántas familias y cuál es la ubicación exacta del barrio Oleritos. “El barrio empieza desde la calle 117 y Jauretche y desde la 192 hasta atrás, que todavía no están delimitadas las calles porque hay pasillos y terrenos más grandes que son de propietarios y demás. En la 192, también se están asentando como en un barrio normal y cuadras para atrás, desde la 117 hasta la Jauretche porque ahora hemos cruzado la avenida”.

“Por  Jauretche se ha hecho la calle hace poquito y eso ha causado que haya quedado como mucho más alta la calle con respecto a estos terrenos. Se ha hecho como una especie de piletones en todas estas casitas que son las más nuevas. Nosotros estamos trabajando ahí en la Casa Pastoral, hace diez años más o menos: primero eran 40 familias y hoy, creo que son cerca de 800 si no me quedo corta”, describió.

Posteriormente, se refirió a las familias que fueron afectadas por la inundación. “La verdad es que tenemos una cuarta parte que es la que les entró el agua a las casas, pero la mayoría tiene problemas de gotera porque son casas de chapas usadas. Muchos han podido hacer edificaciones en todo lo que es la parte de arriba, pero esas edificaciones con el Plan “Mi Pieza” -que pudieron obtener- les quedó corto el monto de dinero. Las casas no tienen revoque y donde va el ladrillo, se le filtra para el otro lado y empieza a correr”.

Además, contó que “hay casitas de madera que no tienen doble pared y son de costero, entonces también se les cuela la lluvia. Hay familias que no tienen piso y tienen la piedrita, que todavía no han podido hacer el contrapiso. El piso de las casas, es de tierra y todos esos terrenos son como de bañados porque corre el agua constantemente. Es una zona con mucha vegetación que han ido talando y es muy húmedo el lugar”.

A su vez, la colaboradora de la Casa Pastoral Nuestra Señora de Loreto del barrio Los Oleritos, especificó dónde fueron alojadas las familias que fueron afectadas. “En el momento de la tormenta, las primeras familias que empezaron a salir, estuvieron resguardas en un templo evangélico, un poquito más abajo de la Casa Pastoral. El templo evangélico es una edificación más grande y ahí han ido. Pero ninguno quería quedarse ahí porque también corrían riesgo que les entraran y les faltara las pocas cositas que tienen. Así que estaban turnándose”.

“Los chicos sí se quedaron en el templo evangélico y  ayer domingo, todas las personas estaban ubicadas; solo faltaba una familia para ser ubicada, que lamentablemente tiene su casa dentro de un piletón y no hay manera de que puedan volver de acá a quince días. Tienen que estar esperando a que para le lluvia”, agregó.

Ante la consulta si la municipalidad se acercó hasta el barrio, mencionó: “La verdad es que entró la máquina; abrió, destapó desagües y demás. Pero esto ya es un problema de hace años. Justamente habíamos participado de una reunión en donde intervenía parte del juzgado porque esos terrenos son privados y estaban en litigio. Había un juicio en donde había partes que querían desalojar, pero al haber incrementado tanta cantidad de familias, eso, casi es prácticamente imposible”.

Sobre la situación actual del litigio amplió: “Así que estaban como barrio, tratando de hacer una negociación para que se haga una agrimensura y puedan dividir bien los terrenos para adecuar el barrio, porque todo falta allí: no hay agua y se manejan con mangueras desde una canilla solidaria. La luz también falla y como no tienen título de propiedad, hay muchas familias que necesitan y que quieren el título. Entonces estaban en eso, agrupándose con los vecinos para comprar el terreno y poder edificar y tener los servicios básicos”.

“Lo peor de todo, es el tema de cloacas, porque ellos hacen el bañito precario al costado de la casa con el pozo y con estas situaciones de lluvia todo se mezcla; las napas van bajando y en la orilla de la Av. Jauretche (donde está el terreno más bajo) y ahí llega todo mezclado. Realmente es urgente la situación que uno ve acá”, remarcó.

En referencia a la ayuda que brindaron a los damnificados detalló: “Nosotros repartimos colchones y apenas mandaron mensajes, nos comunicamos con la parroquia Jesús Misericordioso a la que pertenece la Casa Pastoral. Comenzamos a llamar a algún número de asistencia para las familias y ahí empezó todo, porque también tenemos la comisaría en frente, que empezaron con los movimientos a generar la ayuda y a sacar a las familias de las casitas. Porque es tan precario todo que también por las conexiones de luz, corrían riesgo las personas”, recordó.

“Entre la parroquia Jesús Misericordioso y todas las capillas juntaron cosas que llegaban bajo la lluvia al templo, para cubrir a todos los vecinos de la zona. Eso fue lo crítico, el día viernes. Y el día sábado, la situación fue similar. Nosotros, queremos salvar a las personas que realmente están muy complicadas”.

“Ayer domingo, repartimos colchones y ropas. Sin embargo, esto es como que un bucle, como un círculo vicioso, porque estamos tapando la urgencia, pero llueve después y no estamos solucionando el problema de base, me parece”, analizó la colaboradora.

Por otra parte, Roxana recordó que se puede seguir colaborando y además narró que “tenemos el servicio de merienda con la ayuda de Cáritas (del grupo Emaús) que son los que nos brindan para poder hacer la merienda y el desayuno. Porque en la Casa Pastoral lo que podemos dar es desayuno y merienda todos los días, que es lo que hemos estado haciendo incluso el sábado y el domingo. Desde Cáritas donaron mercadería e hicimos de comer ayer domingo, pero básicamente no tenemos muchos recursos para la comida”.

“Inclusive, viene el ejército para dar la cena. Y vienen de otros lugares para hacer las ollas populares. En la Casa Pastoral tenemos lo que es: leche, azúcar, harina, levadura, huevos, margarina. Con eso hacemos los panificados, pero es lo que nos hace falta. Ahora tenemos ropa y calzados para repartir”, especificó.

Asimismo, la colaboradora explicó: “Nuestra Casa Pastoral es chiquita como si fuera un garage. Así que tiene pequeñas dimensiones y se complica. Entonces he estado tratando de hacer como una red, en la que identifico a la familia, le pongo nombre y apellido y le pregunto qué es lo que más necesitan. De ahí, paso al donante, o al que quiera y pueda donar, y hago la conexión para que directamente pase la donación a la familia y no pase por la Casa Pastoral, porque somos muy pequeñitos. Por eso tengo un listado para organizarme”.

Por último hizo hincapié en el tema de las inclemencias que posiblemente sigan complicando la situación de las familias de los distintos barrios. Al respecto, la colaboradora de la Casa Pastoral apuntó a que “la verdadera solución supongo, que tendría que ser más bien del Estado, o una reubicación o ver cómo levantar las casitas para rellenar. Porque no hay nada y no pueden construir sobre lo que tienen. Así que es un trabajo que va a llevar mucho tiempo”.

“Nosotros estamos acá para salvar la urgencia. Mi teléfono todo el tiempo suena y suena, tanto para la ayuda como para la necesidad y vamos a hacer lo mejor posible”, concluyó.