La Diócesis de Posadas dio inicio a la Semana Santa con una masiva participación de fieles. La jornada comenzó con la bendición de los ramos en la Plaza San Martín, seguida de una peregrinación hasta la Catedral «San José», donde se celebró la Santa Misa. Monseñor Juan Rubén Martínez presidió la ceremonia y ofreció una reflexión sobre el amor, la entrega y la esperanza, valores fundamentales del Triduo Pascual.
En un ambiente colmado de devotos, el obispo brindó una homilía centrada en estos aspectos esenciales del misterio pascual, invitando a la comunidad a vivir con mayor profundidad este tiempo litúrgico.
«La lectura de la Pasión es elocuente de lo que vamos a vivir durante esta semana que iniciamos con el Domingo de Ramos. Elocuente en el misterio que creemos en nuestra fe. Jesús sube a Jerusalén a celebrar la Pascua. Es sorprendente que Dios, el Creador, haya hecho estas opciones de acercamiento a nosotros, haciéndose uno de nosotros», expresó Martínez.
El obispo también hizo referencia a las contradicciones que enfrentó Jesús en su tiempo, marcadas por interpretaciones erróneas de la fe y el apego a la ley sin comprensión del verdadero sentido de Dios.
«En toda esa revelación que Jesús hizo, había tantas contradicciones con el mundo en el que vivía: una fe no bien entendida, como en el caso de los fariseos, un apego a la ley sin entender nada de Dios, contradicciones en la maldad, en el daño, en la violencia. Esta Pascua no iba a ser con las ofrendas tradicionales, sino que Él mismo iba a ser la víctima inmolada», señaló.
Martínez remarcó que la Semana Santa es una invitación a acompañar a Jesús en su pasión, muerte y resurrección, y a vivir ese misterio desde el compromiso personal con el amor y la entrega.
«Dios, por amor y para redimirnos, dio su vida. Lo condenaron siendo inocente y murió. Pero el que murió, resucitó. Ese es el Triduo Pascual, que nos convoca a la verdadera esperanza. Es en lo que creemos y lo que debemos internalizar en nuestro corazón. Como Él amó dando la vida, también nosotros debemos preguntarnos si cuando amamos, damos nuestra vida«, reflexionó.
«Ojalá podamos internalizar lo que nos enseña Él, acompañándolo, no mirándolo desde afuera, sino tratando de vivir su amor. Quizás tengamos que dejar morir algunas cosas dentro nuestro, pero será para vivir, para resucitar», concluyó.
La bendición de los ramos, realizada en la Plaza San Martín, y la Santa Misa, celebrada en la explanada de la Catedral San José, en la Plaza 9 de Julio, fueron transmitidas en vivo a través de Radio Tupa Mbae y el Facebook de la emisora, con el respaldo de la Pastoral de Comunicación, que también compartió la transmisión.
Este acto de fe, que tuvo lugar el Domingo de Ramos, dio inicio a la Semana Santa, el período litúrgico más significativo para los cristianos, que culminará con el Triduo Pascual y la celebración de la Pascua de Resurrección.