La votación matutina del segundo día de deliberaciones del Cónclave concluyó sin una decisión. A las 11:50 (hora local, 6:50 en Argentina), una nueva fumata negra emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que los 133 cardenales electores aún no alcanzaron el consenso necesario para elegir al nuevo Sucesor de Pedro.
El humo negro captó la atención de miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, quienes, en un clima de oración y esperanza, aguardaban el anuncio del nuevo Pontífice. La expectativa se mantiene alta, aunque el resultado volvió a ser negativo.
La jornada comenzó con la celebración de la Santa Misa en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Luego, los cardenales se dirigieron a la Capilla Sixtina, donde realizaron dos votaciones a puertas cerradas. Sin embargo, ninguno de los candidatos alcanzó la mayoría de dos tercios requerida —al menos 89 votos— para ser elegido Papa.
Según las normas establecidas por San Juan Pablo II y confirmadas por Benedicto XVI, el procedimiento contempla hasta cuatro escrutinios por día: dos por la mañana y dos por la tarde. Si la primera votación no es concluyente, la segunda se realiza de inmediato.
Tras el almuerzo en la residencia de Santa Marta, donde los cardenales se alojan bajo estricto aislamiento del mundo exterior, el proceso continuará esta tarde. Está previsto que los purpurados regresen a la Capilla Sixtina a las 16:00, y que la próxima ronda de votaciones comience alrededor de las 16:50.
En caso de no alcanzarse la elección, los cardenales rezarán las Vísperas antes de retirarse a sus habitaciones, reanudando las votaciones al día siguiente.
Mientras tanto, la Plaza de San Pedro permanece como epicentro de silencio, fe y expectativa. El característico humo negro —producto de la quema de las papeletas tras cada escrutinio— se tornará blanco cuando se logre la elección. Ese momento será confirmado, además, por el repique de las campanas del Vaticano. Desde la aceptación del elegido hasta su aparición pública en el balcón central de la Basílica de San Pedro, suele transcurrir aproximadamente una hora. AICA