El peronismo mantiene cautela ante el escándalo de Alberto Fernández y retrasa definiciones electorales


En medio de la tormenta política desatada por la denuncia de violencia de género contra el expresidente Alberto Fernández, el peronismo se encuentra en una encrucijada. Mientras la base militante del partido expresa su malestar, los principales referentes del justicialismo optan por la prudencia y aseguran que este episodio no precipitará ningún cambio en el calendario interno ni en la búsqueda de nuevas autoridades.

Fuentes cercanas al kirchnerismo indicaron a TN que la salida de Fernández, quien renunció al Partido Justicialista (PJ) en medio de la polémica, no afecta los planes establecidos tras la derrota electoral de 2023. “La renovación del partido y el debate sobre su futuro siguen en pie, sin cambios en el cronograma”, aseguró un dirigente del núcleo duro.

Desde el Congreso del PJ realizado en marzo, Fernández había dejado de tener influencia directa en la conducción del partido, tras la aceptación de su licencia. Sin embargo, la propuesta del ministro del Interior, Wado de Pedro, de realizar las elecciones internas el 17 de noviembre, Día del Militante, sigue en pie. “Se busca revitalizar el partido desde las bases”, señalaron fuentes partidarias.

Reunión de Cristina Kirchner y control de daños

Después de declarar en Comodoro Py por el intento de asesinato en su contra, Cristina Fernández de Kirchner mantuvo un encuentro con los principales referentes del kirchnerismo en el Instituto Patria. En la reunión, se evitó profundizar en la crisis interna y se concentraron en la unidad que genera la exvicepresidenta en tiempos de incertidumbre. “El peronismo debe centrarse en proponer un modelo de país más cercano a la justicia social”, apuntó un dirigente con experiencia en gestión.

El bajo perfil de Sergio Massa

Por su parte, Sergio Massa, líder del Frente Renovador, también reapareció en la escena política, aunque manteniendo un perfil bajo. En una reunión con intendentes, Massa abordó temas locales como el aumento de la pobreza y la paralización de obras, evitando dar detalles sobre sus planes futuros. Desde su entorno, aseguran que “no es tiempo de liderazgos, sino de ser una oposición firme y responsable”.

Mientras tanto, el peronismo sigue en proceso de reconfiguración, con muchos interrogantes abiertos sobre quiénes serán los protagonistas de la próxima disputa electoral. Por ahora, la conducción partidaria y las definiciones electorales se mantienen en un compás de espera, con todos los ojos puestos en la gestión y la reconstrucción interna.