“El demonio trata de atacar a todos, sin distinción y trata de golpear sobre todo a los que tienen más responsabilidad en la Iglesia o en la sociedad. Es doloroso, pero frente a la oración, ¡no tiene esperanza!”, aseguró el papa Francisco en una entrevista contenida en el libro “Los exorcistas contra Satanás”, del vaticanista italiano Fabio Marchese Ragona, del grupo Mediaset, editado por ediciones Piemme.
En la entrevista, Francisco reafirma que el demonio busca siempre atacar y sembrar discordia, incluso en la Iglesia. El texto comienza con la historia del exorcismo de una monja.
Preguntado por este testimonio de la monja poseída, donde el diablo, hablando de ella, habría dicho: “La odio, siempre habla mal de mí. ¿Viste los problemas que le estoy causando?”, recordó el Papa que es “posible molestar al diablo porque uno trata de seguir al Señor y hacer lo que dice el Evangelio”. “Le molesta. Al mismo tiempo, está ciertamente satisfecho cuando cometo un pecado. Busca el fracaso del hombre, pero no tiene esperanza si hay oración”, apuntó el pontífice, recordando haber recibido a varias personas que venían a verlo porque estaban poseídos, cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Diferencia entre obsesión y posesión maligna
“Los envié a consultar con dos buenos sacerdotes ‘especialistas’: no son curanderos, sino exorcistas. Uno se llama Carlos Alberto Mancuso, era exorcista en la diócesis de La Plata. El otro era mi confesor, el padre Nicolás Mihaljevic, un jesuita nacido en Croacia. Ambos me dijeron más tarde que, entre estas personas, solo dos o tres eran en realidad víctimas de mala posesión. Los demás sufrían de obsesión diabólica, que es bien diferente, porque no tenían al demonio en el cuerpo. Hay que dejarlo claro”, dijo el Santo Padre, afirmando que nunca practicó el exorcismo siendo Papa. “Si esto llegara a suceder, buscaría el apoyo de un buen exorcista, como lo hice como cuando era arzobispo”, respondió al periodista.
El diablo trata de golpear a los que tienen más responsabilidades
Francisco fue entonces interrogado sobre la penetración del demonio también dentro del Vaticano, -Pablo VI dijo un 29 de junio de 1972, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, que el humo de Satanás había entrado en el templo de Dios por unas rendijas -, y respondió a esto: “Es cierto que el demonio trata de atacar a todos, sin distinción, y trata de golpear sobre todo a los que tienen más responsabilidad en la Iglesia o en la sociedad. Incluso Jesús sufrió las tentaciones del demonio,, y pensemos también en las de Simón Pedro a quien Jesús le dijo: “Apártate de mí, Satanás”.
“El Papa, por lo tanto, también es atacado por el maligno -señaló Francisco-; somos hombres y él siempre trata de atacarnos. Es doloroso, pero frente a la oración, ¡no tiene esperanza!”.
El Papa también confirmó las palabras de san Pablo VI, asegurando que el demonio también puede entrar en el templo de Dios, “para sembrar discordia y enfrentamientos de unos contra otros: las divisiones y los ataques son siempre obra del demonio”. “Él siempre busca insinuarse para corromper el corazón y la mente del hombre. La única salvación es seguir el camino indicado por Cristo”.
Cuidado con la mundanalidad espiritual
¿Debemos tener miedo al diablo?, preguntó entonces el periodista al Santo Padre.
“Creo que hay algunos demonios muy peligrosos por ahí, y estoy hablando de los demonios ‘educados’. Jesús también habla de ello, lo leemos en el Evangelio de Lucas: dice que cuando el espíritu maligno es expulsado, vaga por el desierto en busca de alivio. Pero en algún momento, se aburre y regresa a la ‘casa’ de donde lo echaron, y ve que la casa está reparada, que está hermosa, como estaba cuando él estaba ‘adentro’, observó el pontífice, explicando que entonces ‘ va a buscar otros demonios peores que él, los trae, entran a esta casa, educadamente, tocan el timbre, educadamente toman posesión. El alma, sin cuidarse de examinar su conciencia, no los nota. O bien, por tibieza espiritual, los deja entrar”. Es la posesión más fea, consideró el Papa, porque la mundanidad espiritual cubre todas estas cosas.
“No hay escapatoria: o el diablo destruye de manera directa con guerras e injusticias, o lo hace con cortesía, de manera muy diplomática, como dijo Jesús. Así que hay que ser perspicaz y tener discernimiento”.
Fuente: AICA