Dilemas de hoy. ¿Qué pasa en la pareja si uno de los dos no quiere tener hijos?


Buscar los motivos de fondo del deseo de tener hijos es uno de los primeros pasos para alcanzar un consenso (La Nación)

 

A veces, los integrantes de una pareja traen modelos de familia opuestos. Buscar los motivos de fondo del deseo de tener hijos es uno de los primeros pasos para alcanzar un consenso.

Cuando una pareja se rompe, el principal problema suele ser la falta de comunicación. El planteo de tener o no hijos puede llevar a una ruptura, según la Lic. María Josefina Saiz Finzi, aunque está convencida de que con un diálogo fluido las personas pueden lograr un consenso.

Explorar los motivos subyacentes y los modelos transgeneracionales que traiga cada miembro de la pareja serán los primeros pasos cuando existen diferencias en torno a la parentalidad.

-¿Hay un mejor momento para plantear si uno de los miembros de la pareja no quiere tener hijos?

-Dependerá de la etapa en la cual se encuentre la pareja. Si recién se conocen, puede que ni siquiera hayan pensado aún en tener hijos. Primero, hay que ver si quieren continuar en la relación. Pero, si están de novios o llevan años de convivencia, y empiezan a hablar sobre proyectos futuros y formar una familia, es momento de plantear si tenemos una postura de rechazo de la parentalidad.

-¿Es posible llegar a un acuerdo?

-Para esto, primero tienen que reflexionar: ¿por qué deseo un hijo? ¿O por qué no lo quiero? El tema de los hijos está ligado a lo intergeneracional. El hijo porta representaciones internas y fantasías de los padres. Hay motivaciones profundas, inconscientes, derivadas de la propia experiencia de los padres por haber sido hijos. Algunas personas deciden no tener descendencia por temores, frustraciones o situaciones traumáticas de su crianza. O, al revés, quieren tenerla para hacer las cosas de una forma totalmente distinta.

Otros desean tener un hijo porque ambicionan continuar las costumbres de generaciones anteriores: tenerlo como su madre tuvo y a la misma edad. Algunos preferirán “vivir libres”, sin compromisos afectivos.

Los modelos transgeneracionales que traen los miembros de la pareja pueden ser conflictivos o no. La parentalidad es un tema que trasciende la realidad de las dos personas que están juntas.

Hay parejas enfrentadas por esta cuestión y se separan. Lo mejor, a veces, es consultar con un profesional externo que ayude a entender los motivos subyacentes del sí o del no.

-En caso de que uno manifieste su rechazo, ¿es posible que cambie de opinión con el tiempo?

-Sí, claro. Se nos presentan situaciones que pueden dar lugar a reflexionar y a pensar juntos. Hay parejas que se forman entre un integrante decidido a tener hijos y uno que no, pero con el tiempo van cambiando de idea y aceptando las condiciones del otro.

-¿Cómo se trabaja el tema en terapia?

-En terapia se trata la intimidad de la pareja frente a la llegada del hijo, si pueden contener las angustias y ansiedades, entender las diferencias, aceptarlas y ver si lo resuelven y de qué manera. Si la negativa de los hijos no es forzada e inflexible, pueden llegar a buen puerto.


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