En el día de Pentecostés cualquier fiel católico puede obtener indulgencia plenaria para él mismo o para un difunto si comulga, se confiesa, reza el himno Veni Creator Spiritus y además ora (por lo menos un padrenuestro y una avemaría) por las intenciones del Papa. En realidad, la comunión, confesión y oración se pueden hacer unos días antes o después de esta fecha señalada.
La indulgencia plenaria ayuda a los ya difuntos a completar su paso de purificación por el Purgatorio y entrar en el Cielo.
Al confesarse, es importante que el penitente excluya «todo afecto a cualquier pecado, incluso venial (Cf. Manual de indulgencias, normas 6-7)»
“Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita: pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día que se cumple la obra” (Ibid. 8).
“Con una sola confesión sacramental pueden ganarse varias indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Sumo Pontífice, sólo se gana una indulgencia plenaria” (Ibid. 9).