El mundo del espectáculo está de luto. Antonio Gasalla, referente indiscutido del teatro, la televisión y el cine argentino, falleció este martes a los 84 años en el Sanatorio Otamendi de Buenos Aires. La noticia fue confirmada por el productor teatral Carlos Rottemberg a través de sus redes sociales. Su partida deja un profundo vacío en la cultura argentina, tras haber transitado una prolongada enfermedad que lo alejó de los escenarios y la vida pública.
Gasalla, quien había recibido el alta médica hace pocos días tras una internación por neumonía, padecía demencia senil, lo que deterioró progresivamente su salud en los últimos años. Su hermano, Carlos Gasalla, lo acompañó en este proceso y confirmó el avance inexorable de la enfermedad: “Antonio no tiene conocimiento, no habla”, había declarado con tristeza.
El humorista, que supo conquistar generaciones con su talento y agudeza crítica, pasó sus últimos tiempos en un centro de rehabilitación. Su amigo y periodista Marcelo Polino, quien lo acompañó por más de 15 años, lo recordó con profunda emoción: “Antonio ya no nos reconocía desde hace un año. Es un panorama muy triste”.
Un legado imborrable
Para millones de argentinos, Antonio Gasalla fue mucho más que un actor: fue un observador de la realidad que, con su humor inteligente, supo desnudar las contradicciones de la sociedad. Sus personajes, como Mamá Cora de Esperando la Carroza, la Empleada Pública o la Abuela en el programa de Susana Giménez, forman parte del acervo cultural del país.
Gasalla nació el 9 de marzo de 1941 en Ramos Mejía. Su carrera comenzó en el teatro independiente y el café concert en los años 60, donde su estilo irreverente llamó la atención del público y la crítica. Luego llegó el reconocimiento en la calle Corrientes y la consagración en el Maipo, donde creó a Mamá Cora, un personaje que trascendió la pantalla grande y se convirtió en un símbolo del humor nacional.
En la televisión, marcó una época con El Palacio de la Risa y El Mundo de Antonio Gasalla, programas que lo consolidaron como un maestro del sketch. Su humor, siempre filoso y sin concesiones, lo llevó a protagonizar polémicas, pero también lo elevó como un referente único en la comedia argentina.
Una despedida cargada de afecto
La noticia de su fallecimiento generó una ola de mensajes de pesar en la comunidad artística. Figuras como Susana Giménez y Marcelo Tinelli, con quienes compartió escenario y televisión, expresaron su dolor y recordaron anécdotas junto al humorista. En la última entrega de los Premios Carlos en Villa Carlos Paz, su ausencia ya había sido notoria. Su hermano Carlos recibió un galardón honorífico en su nombre, en un emotivo homenaje a su trayectoria.
Gasalla no solo hizo reír, sino que también logró que su humor funcione como una radiografía social. Su legado perdurará en cada escena de Esperando la Carroza, en cada sketch que hizo historia en la televisión y en cada risa provocada por su talento inigualable.
El teatro argentino pierde a un gigante, pero su arte permanecerá imborrable en la memoria de quienes lo disfrutaron.
Antonio Gasalla: el genio que transformó el humor y dejó una huella eterna.