“Una madre enamorada”


La Iglesia universal recuerda a María durante el mes de mayo y por ende, el don de la maternidad, como un regalo precioso con el que las madres colaboramos con el plan de Dios que da vida al mundo.

Y desde esta premisa, invito a reflexionar sobre la maternidad.

Ser mamá es experimentar un amor increíble, pleno y desbordante, que ve más allá de lo que a simple vista pueda mostrarse.

Ser mamá es vivir enamorada y asumir la maternidad como un don de Dios que acoge la VIDA, la protege, la alimenta, la sostiene y la acompaña, no sólo en su desarrollo físico e intelectual, sino también espiritual y afectivo.

Ser mamá es descubrir nuevas oportunidades para el amor, desde lo cotidiano, en ese día a día que se dona generosamente y hace de esa experiencia  un camino de Santidad, -vivida en lo cotidiano-, como bien enseña San Josemaría.

Ser mamá es lo más hermoso que puede ocurrir en la VIDA de una mujer porque abre ocasión de ser la mejor versión  que se pueda ser, al asumir el reto de amar cada día más.

… y en este camino, María se asoma como modelo de esperanza, porque llega un momento en la vida de toda madre en el que es necesaria la Fe.

María es, sin duda, una mujer enamorada de la vida misma y de todos sus hijos; ejemplo perfecto de fe ofrecida para toda la humanidad, porque aprende a despojarse de sí misma y de toda pretensión, abriendo paso a una nueva LUZ, al pie de la Cruz, que se eleva en señal de VICTORIA.

Y concluyo este encuentro entre líneas recordando que en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, “Lumen Gentium” versa lo siguiente:

«Esta maternidad de María en la economía de gracia perdura sin cesar desde el momento del asentimiento que prestó fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz hasta la consumación perpetua de todos los elegidos. Pues, asunta a los cielos, no ha dejado esta misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno se cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, embargo, ha de entenderse de tal manera que no reste ni añada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador»

Gracias María por tu amor eterno, humano e incondicional, por encima de todas las cosas.

¡Porque ser madre es vivir enamorada de la VIDA! 

 

Isabella Orellana

Locutora Católica, esposa y mamá