Víctor Manuel “Tucho” Fernández, exarzobispo de La Plata y actual prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, compartió con profunda emoción detalles inéditos sobre los últimos días del Papa Francisco, a quien acompañó muy de cerca hasta el momento de su partida.
Fernández, uno de los cuatro cardenales argentinos con derecho a voto en el próximo cónclave, fue designado en su cargo por el propio Francisco en 2023. Su cercanía con el pontífice argentino no fue solo institucional, sino profundamente personal.
“Me daba cuenta de que le quedaba poco tiempo, pero pensé que todavía un tiempito más lo tendríamos entre nosotros”, expresó en una entrevista radial. Luego, conmovido, relató cómo fue el momento de la muerte del Papa: “Fue sorpresiva incluso para los enfermeros, porque fue un ictus y no se pudo hacer nada, fue muy rápido”.
El cardenal tuvo la oportunidad de despedirse del papa Francisco en privado, el mismo lunes en que falleció. “Me permitieron pasar para darle mi último saludo, todavía no lo habían revestido”, rememoró. “Se me mezclaban dos cosas en el corazón: por un lado, un gran respeto porque estaba delante del sucesor de San Pedro, y por el otro, Jorge Bergoglio, quien siempre me dio aliento en los momentos duros”.
Fernández también habló de la relación personal que mantuvo con Francisco desde que llegó al Vaticano: “Nunca le dije ‘vos’, siempre ‘usted’. Para mí era una figura inmensa. Su voz sigue dentro mío diciéndome: ‘Tucho, fuerza’”.
Emocionado, concluyó: “Este mundo, que parece huérfano y sin rumbo, perdió un padre. Un padre universal. Y eso yo se lo agradezco a Dios”.
“Gracias por traerme de vuelta a la plaza”

Foto: AP/Andrew Medichini
La última aparición pública de Francisco fue durante la misa de Pascua, celebrada el domingo 20 de abril en la Plaza San Pedro. Según informó el medio oficial del Vaticano, Vatican News, poco antes de recorrer la plaza en el papamóvil, el pontífice le preguntó a su enfermero personal, Massimiliano Strapetti: “¿Cree que podré hacerlo?”.
Strapetti lo tranquilizó, y Francisco, con la fuerza que lo caracterizó, accedió. Tras la bendición “Urbi et Orbi”, recorrió la plaza saludando a los fieles, en lo que sería su último contacto con el pueblo.
Al finalizar, le dijo a su enfermero: “Gracias por traerme de vuelta a la plaza”.
Durante esa tarde, el pontífice descansó en la residencia de Santa Marta y cenó con normalidad. Pero a las 5:30 del lunes, comenzó a sentir un fuerte malestar. Poco más de una hora después, saludó a su enfermero, entró en coma y falleció a las 7:35.
Según informaron fuentes vaticanas, su muerte fue “discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor, como él mismo había vivido su salud: con reserva, sin dramatismos”.
La Basílica de San Pedro ya recibe a miles de fieles que se acercan para darle el último adiós al Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia y una figura que marcó un antes y un después en la Iglesia Católica.

