En una jornada electoral histórica, la izquierda francesa ha logrado un sorpresivo triunfo en la segunda vuelta de las cruciales elecciones legislativas. Según las primeras proyecciones, el Nuevo Frente Popular (NFP), coalición que incluye a Francia Insumisa y al Partido Socialista, ha obtenido una mayoría relativa de escaños en la Asamblea Nacional.
Los resultados representan un revés significativo para Marine Le Pen y su partido ultraderechista, Agrupación Nacional, que se ubicaron en tercer lugar según los sondeos. Esta posición relega a Le Pen de alcanzar la tan esperada mayoría absoluta, que se consideraba posible tras la primera vuelta celebrada la semana pasada.
El primer ministro Gabriel Attal ha anunciado su dimisión tras conocerse estas proyecciones, aunque se muestra dispuesto a liderar un gobierno provisional ante el bloqueo parlamentario resultante.
El presidente Emmanuel Macron, por su parte, pierde la mayoría simple que mantenía desde 2022, lo que augura un escenario político incierto en el que deberá compartir el poder con una coalición que no controlará completamente.
Con una participación récord del 59.71%, la más alta desde 1981, los franceses demostraron un fuerte compromiso cívico en estos comicios. Este alto nivel de participación refleja la importancia y la incertidumbre que rodearon estas elecciones cruciales para el futuro político de Francia.
Las negociaciones para formar gobierno ahora se centran en posibles coaliciones entre el NFP y otras fuerzas políticas, incluido el oficialismo de Macron, que podrían definir el rumbo del país en los próximos años.
La incertidumbre política persiste mientras Francia se prepara para los Juegos Olímpicos de París, que se inauguran en menos de tres semanas, añadiendo un elemento adicional de complejidad a la situación gubernamental.
El escrutinio final y las decisiones clave sobre la presidencia de la Asamblea Nacional y otros cargos importantes se esperan para el 18 de julio, cuando los nuevos diputados tomen posesión de sus escaños.
El futuro político de Francia se presenta desafiante, con diversas posibilidades que incluyen desde coaliciones complicadas hasta gobiernos tecnócratas con apoyo parlamentario, mientras Macron y otras figuras clave intentan navegar este nuevo panorama político sin precedentes. TN