El episcopado argentino expresó su profunda solidaridad con las familias de Morena, Brenda y Lara, las jóvenes brutalmente asesinadas en un hecho que conmocionó al país y que vinculan con la expansión del narcotráfico en barrios vulnerables.
A través de un comunicado de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, firmado por el cardenal Vicente Bokalic, monseñor Pedro Cannavó y los presbíteros Cristian Viscardi y Leonardo Silio, la Iglesia señaló que el episodio “refleja el avance del narcotráfico, especialmente en los barrios más vulnerables de nuestro país”.
El comunicado subraya la necesidad de un compromiso activo de la sociedad y del Estado. “Necesitamos que la presencia del Estado, a través de los órganos de justicia y de seguridad, sea inteligente y cooperadora, a fin de sostener a cada una de las instituciones presentes en los barrios”, remarcó la Comisión, agregando que de esta manera se podrán brindar “respuestas efectivas, la fuerza del consuelo y el abrazo de la fraternidad” ante este flagelo.
En el texto, la Comisión retoma las palabras del Papa Francisco durante la audiencia general del 26 de junio de 2024: “¡Cuántos traficantes de muerte hay…! Esta plaga, que produce violencia y siembra sufrimiento y muerte, exige un acto de valentía por parte de toda la sociedad”.
La Iglesia destacó además la labor de las instituciones que acompañan a niños y jóvenes en los barrios, buscando prevenir que caigan en las redes de la droga y subrayando la importancia de su presencia para que “la muerte y el dolor no se apropien de la vida de nuestros hermanos”.
Texto del comunicado
Como Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del episcopado argentino, nos solidarizamos con las familias de Morena, Brenda y Lara por el brutal asesinato que han sufrido estas jóvenes. Una vez más, nos encontramos frente a un episodio trágico en nuestra sociedad, producto del avance del narcotráfico, especialmente en los barrios más vulnerables de nuestro país.
Nuevamente resuenan en nuestros oídos aquellas palabras del papa Francisco que dirigiera en la audiencia general del 26 de junio de 2024:
«¡Cuántos traficantes de muerte hay -porque los traficantes de drogas son traficantes de muerte-, impulsados por la lógica del poder y del dinero a toda costa! Y esta plaga, que produce violencia y siembra sufrimiento y muerte, exige un acto de valentía por parte de toda la sociedad».
La presencia de la Iglesia y de diversas instituciones en nuestros barrios -donde se trabaja acompañando las vidas de tantos niños y jóvenes junto a sus familias, para que no caigan en el brutal flagelo de la droga- es esencial para que la muerte y el dolor no se apropien de la vida de nuestros hermanos.
Necesitamos que la presencia del Estado, a través de los órganos de justicia y de seguridad, sea inteligente y cooperadora, a fin de sostener a cada una de las instituciones que están presentes en los barrios, brindando respuestas efectivas, la fuerza del consuelo y el abrazo de la fraternidad.

