En el marco de la próxima reinauguración del Mercadito de Villa Urquiza, Nuestras Mañanas conversó con Miriam Benítez, quien trabajó 45 años en el emblemático mercado, recordando sus inicios y la evolución del lugar.
Benítez inició su carrera en el mercadito a los 19 años junto a su marido, desarrollando su negocio familiar en el rubro de frutas y verduras. “Tuve mi negocio con mi marido y agradezco a todo lo que había hecho ahí en el mercado, toda mi vida”, señaló durante la entrevista.
El mercado, según contó, fue un punto de encuentro clave para productores de distintas provincias, desde Buenos Aires y San Juan hasta Chaco y Formosa. “No es como ahora el Mercado Central; antes venían los colonos directamente a vender sus productos”, recordó. En sus comienzos, el Mercadito de Villa Urquiza ofrecía una amplia variedad de rubros: panadería, carnicería, huevos, alimentos mayoristas y minoristas, entre otros.
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Con el paso de los años, la zona y la dinámica comercial cambiaron notablemente. “Fue bajando mucho el nivel de lo que era el comercio. Hoy se expandió toda la zona con depósitos y locales”, comentó Benítez, quien reconoce que el trabajo en el mercado le permitió sostener a su familia. Sus dos hijos crecieron entre los pasillos del mercadito, y hoy cuenta con seis nietos, algunos de los cuales también se vinculan con el comercio familiar.
A pesar de haberse alejado hace dos años, Benítez mantiene un vínculo afectivo con el lugar. “Me quedan hermosos recuerdos del mercado y de toda la gente conocida. Hasta hoy me encuentro con clientes en Posadas y me dicen que no puedo dejar de salir”, relató con nostalgia y humor.
Este viernes, Miriam Benítez asistirá a la reinauguración del Mercadito, donde se espera la apertura de 20 nuevos locales y una renovada oferta gastronómica. “Voy a ir, a tomar mate y a saludar a la gente. Ojalá que esto ayude a quienes comienzan un nuevo emprendimiento”, afirmó.
La historia de Miriam Benítez refleja no solo la evolución del Mercadito de Villa Urquiza, sino también el compromiso y la pasión de quienes con esfuerzo y dedicación mantienen vivos los mercados de barrio, verdaderos centros de encuentro y tradición comunitaria.

