Tragedia en Río Grande do Sul: 29 fallecidos, 60 desaparecidos y 5.200 evacuados por devastadoras inundaciones


El estado de Río Grande do Sul, en Brasil, enfrenta una catástrofe sin precedentes con el saldo de al menos 29 personas fallecidas, 60 desaparecidas y más de 5.200 evacuadas debido a las inundaciones desatadas por las implacables lluvias. Esta tragedia, considerada la más grave en la historia de la región, ha llevado al presidente Lula da Silva a desplazarse a la zona para supervisar las operaciones de rescate.

Las autoridades locales han declarado el “estado de calamidad pública” ante la magnitud del desastre ocasionado por las intensas precipitaciones, que se han visto acompañadas por granizo y fuertes vientos. El gobernador Eduardo Leite ha expresado su preocupación por el aumento probable de las víctimas, especialmente por las personas desaparecidas, algunas de las cuales se encuentran en áreas de difícil acceso.

Una de las preocupaciones más apremiantes es la situación de la represa Dal Bó, con el Servicio Municipal Autónomo de Agua y Saneamiento emitiendo una alerta sobre el riesgo inminente de su ruptura. La evacuación de los vecindarios aledaños se ha vuelto imperativa ante la posibilidad de inundaciones catastróficas, con el nivel del embalse alcanzando cotas críticas.

El gobernador Leite ha decretado el “estado de calamidad pública” en más de 100 municipios afectados, catalogando los desastres como de Nivel III debido a los considerables daños ocasionados por las lluvias torrenciales, las inundaciones y los vientos huracanados. La presencia del presidente Lula en las áreas afectadas busca evaluar de primera mano la situación y coordinar los esfuerzos de socorro.

La magnitud de la tragedia ha obligado a la evacuación de miles de personas, mientras que las adversas condiciones climáticas están dificultando las tareas de rescate. Las previsiones meteorológicas indican que las lluvias persistirán hasta el viernes, lo que complica aún más el panorama ya desolador.

Los expertos advierten que eventos climáticos extremos como este, cada vez más frecuentes en Brasil, son en parte atribuibles al cambio climático. El aumento de las temperaturas globales ha desencadenado un incremento en fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones y sequías, impactando de manera desgarradora a las comunidades más vulnerables. Con información de La Nación