Tragedia en el Chile: dos jóvenes hinchas murieron en una avalancha antes del partido entre Colo Colo y Fortaleza


El fútbol sudamericano se tiñó de luto tras una jornada marcada por la violencia y la tragedia en el Estadio Monumental de Santiago de Chile. Minutos antes del partido por la Copa Libertadores entre Colo Colo y Fortaleza, una avalancha humana en los accesos al estadio terminó con la vida de un niño de 13 años y una joven de 18.

Según las autoridades, los incidentes comenzaron cuando integrantes de la barra brava del club local forzaron su ingreso al recinto deportivo. La irrupción violenta incluyó la rotura del cerco perimetral y el derribo de vallas policiales, lo que obligó a la intervención del personal de Control de Orden Público (COP) de Carabineros.

En medio del caos generado por las corridas, la represión y los gases lacrimógenos, numerosos hinchas que no participaban en los disturbios quedaron atrapados. Fue en ese contexto que las víctimas fatales fueron aplastadas contra una de las rejas del estadio, presuntamente como consecuencia de la estampida.

Las víctimas: un niño de 13 años y una joven de 18

Los dos jóvenes fallecidos fueron asistidos rápidamente por los servicios médicos presentes en el estadio. Uno fue trasladado en una ambulancia policial y el otro por personal del servicio de emergencias del evento. Ambos murieron en la Clínica Bupa, ubicada cerca del estadio, debido a la gravedad de sus lesiones.

La tragedia motivó una inmediata reacción judicial y política. El fiscal Francisco Mores informó que ya se están analizando las cámaras de seguridad para determinar responsabilidades. «Se investiga si algún vehículo policial tuvo participación directa en los decesos», señaló el funcionario judicial, que también explicó que una de las rejas cayó sobre los jóvenes, lo que provocó un peso adicional cuyas causas aún están siendo analizadas.

Consecuencias políticas

En medio del impacto por lo sucedido, Pamela Venegas, jefa del programa Estadio Seguro, presentó su renuncia. La decisión fue vista como una primera consecuencia política tras los graves fallos en los controles de seguridad del evento.

La Fiscalía continúa con los operativos para identificar a los responsables de los disturbios y establecer si hubo negligencias por parte de las autoridades. Mientras tanto, el mundo del fútbol chileno y sudamericano lamenta profundamente una tragedia que vuelve a encender las alarmas sobre la violencia en los estadios.