“Sin fraternidad, no podemos sobrevivir”, afirmó el Papa León XIV en su catequesis


Durante la audiencia general de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV centró su catequesis en el valor de la fraternidad, a la que definió como una realidad “profundamente humana” y “condición indispensable para la vida en común”.

“La fraternidad no es un sueño hermoso pero imposible; no es el deseo de unos pocos ilusos”, advirtió el pontífice ante los fieles congregados, subrayando que sin ella “no podemos sobrevivir, crecer ni aprender”.

El Santo Padre retomó su reflexión sobre la muerte y resurrección de Cristo, destacando cómo esta experiencia pascual inspira esperanza y anima a “invertir en la bondad”. Según explicó, vivir desde esa espiritualidad nos impulsa a construir vínculos auténticos y solidarios con los demás, en un mundo marcado por conflictos, guerras y divisiones.

“La fraternidad se realiza cuando convivimos”

León XIV recordó que la fraternidad nace de la capacidad humana de relacionarse y formar lazos con otros, algo que constituye la esencia misma de nuestra humanidad.

“Cuando coexistimos y convivimos, nuestra humanidad se realiza plenamente”, expresó. En cambio, advirtió, cuando las personas se repliegan sobre sí mismas “corren el riesgo de encerrarse en la soledad y el narcisismo”, viendo al otro “solo como alguien de quien se puede tomar, sin estar nunca dispuestos a dar”.

Aun reconociendo que la realidad actual parece contradecir la fraternidad, el Papa insistió en que “no puede ni debe darse por sentada”. Frente a las “enfermedades que intentan vencerla”, exhortó a los creyentes a volver a la fuente de la fortaleza espiritual: Dios.

“Todos hermanos y hermanas”

El Pontífice explicó que el concepto de fraternidad proviene de una raíz que significa “cuidar, tener presente, apoyar y sostener”. En este sentido, evocó el ejemplo de San Francisco de Asís, quien saludaba a todos con las palabras “Omnes fratres” (“todos hermanos”), reconociendo así la dignidad común de cada persona.

León XIV recordó también la enseñanza de su predecesor, el papa Francisco, en la encíclica Fratelli tutti, donde se reafirma que el “tutti” —el “todos”— es “un rasgo esencial del cristianismo”.

“Gracias a Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, podemos amarnos los unos a los otros y dar la vida por los demás”, expresó el Santo Padre.

Amar como Jesús nos amó

Basándose en el Evangelio de san Juan, León XIV recordó que Jesús “nos amó hasta el final”, incluso en medio del sufrimiento y el abandono. Con su resurrección, añadió, “comienza una nueva historia”, en la que los discípulos “se convierten en hermanos plenos”, al reconocer al Resucitado, recibir el Espíritu Santo y dar testimonio de su amor.

El Papa concluyó su catequesis con una exhortación a la unidad y la solidaridad, invitando a los fieles a “apoyarse mutuamente en medio de las dificultades y adversidades”.

“Los hermanos y hermanas no dan la espalda a quienes están necesitados; lloran y se alegran juntos, en la búsqueda activa de la unidad, la confianza y la mutua dependencia”, afirmó.

Finalmente, León XIV subrayó que la fraternidad cristiana “nos libera de la lógica negativa del egoísmo, la división y la arrogancia” y nos devuelve a nuestra vocación original: “amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó, en nombre de un amor y una esperanza que se renuevan cada día”.