Gabriel Olivera y Joaquín Ocampo, seminaristas del Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars” y oriundos de la diócesis de Oberá, estuvieron en Radio Tupambaé tras haber sido instituidos en el ministerio del acolitado. En diálogo con el programa El Ritmo Sigue, compartieron su testimonio vocacional, la emoción vivida durante la ceremonia en la Catedral San Antonio de Oberá y sus experiencias pastorales en distintas comunidades misioneras. Además, resaltaron el valor de la oración de las comunidades y la importancia del discernimiento en el camino hacia el sacerdocio.
La entrevista completa:
Al día siguiente de la conmemoración del Día del Seminarista, La Creíble FM 105.9 recibió en sus estudios a Gabriel Olivera (29) y Joaquín Ocampo (23), jóvenes del Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars”, ambos oriundos de la diócesis de Oberá. Actualmente se encuentran transitando la etapa de configuración: Olivera cursa el tercer año y Ocampo el segundo. Recientemente, ambos fueron instituidos en el ministerio del acolitado.
En la charla, los seminaristas compartieron la alegría de haber recibido este segundo ministerio, en una ceremonia celebrada el pasado sábado 31 de mayo, en la Catedral San Antonio de Oberá, durante el cierre de la Asamblea Diocesana.
“Fue muy emotivo. No pensamos que íbamos a llorar, pero las lágrimas brotaron como expresión de la alegría y el compromiso que asumimos ante Dios y la comunidad”, relató Joaquín, visiblemente conmovido.
El ministerio del acolitado los habilita a colaborar más estrechamente con el sacerdote durante la liturgia, en especial en la preparación del altar y, en caso necesario, en la distribución de la comunión a los enfermos.
“Es una forma de servir más de cerca a Jesús”, explicó Gabriel. “A través de estos pasos vamos configurando nuestro corazón para lo que será la misión sacerdotal. Cada ministerio es un compromiso, y también una gracia que agradecemos con humildad”.
Ambos ya realizan experiencias pastorales en comunidades de la diócesis: Gabriel acompaña actividades en la parroquia Cura Brochero de Itaembé Guazú, mientras que Joaquín lo hace en la parroquia Cristo Redentor de Jardín América.
“El trabajo pastoral con matrimonios jóvenes, con niños y en la liturgia nos ayuda a caminar con el pueblo de Dios. Estamos siempre disponibles para servir donde el párroco nos necesite”, expresó Gabriel, quien además envió un afectuoso saludo a la comunidad de Itaembé Guazú.
Tanto Gabriel como Joaquín destacaron el valor de la oración de las comunidades en su camino vocacional. “Cada paso que damos es gracias a la oración de la gente. Si dejaran de rezar por nosotros, sería más difícil continuar”, reconoció Joaquín. “Por eso pedimos que sigan orando por todos los seminaristas, y también por aquellos que sienten la inquietud vocacional y aún no se animan a dar el paso. Dios quiere nuestra felicidad, y solo con Él se puede alcanzar plenamente”.
Sobre la vida en el seminario, compartieron que muchos amigos, especialmente quienes no están vinculados a la vida de fe, se sorprenden por su elección. “Cuando vuelvo a Oberá, mis compañeros de la secundaria me preguntan cómo es vivir en el seminario. Al principio algunos me decían que estaba loco, pero después comprenden el sentido profundo de esta vocación”, recordó Joaquín.
Respecto al camino formativo, explicaron que se trata de un proceso largo, de ocho años, que incluye distintas etapas y ministerios, y culmina en la ordenación sacerdotal. Subrayaron, no obstante, que cada etapa requiere discernimiento, acompañamiento espiritual y una respuesta generosa y libre.
“Vivimos el día a día, tratando de dar un ‘sí’ cotidiano. El discernimiento es constante, y nos ayuda a reconocer el camino que Dios nos propone”, señaló Gabriel.
Actualmente, el Seminario Diocesano “Santo Cura de Ars” acoge a 32 seminaristas provenientes de las diócesis de Puerto Iguazú, Oberá y Posadas. A lo largo del año, lleva adelante campañas de apoyo y animación vocacional, fundamentales para sostener la formación de quienes se preparan para el ministerio sacerdotal.
“Estamos llamados a ser presencia de esperanza”, concluyeron, en referencia al Año Jubilar que vive la Iglesia. “Queremos llevar el mensaje de Dios a las familias que más lo necesitan, y seguir caminando con alegría y fe hacia la meta que es Cristo”.