“Estos datos son una preocupante señal de alerta. No podemos permitir que la confianza en inmunizaciones rutinarias se convierta en otra víctima de la pandemia. De lo contrario, la próxima oleada de muertes puede afectar a más niños con sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles”, señaló en un comunicado Catherine Russell, la directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la infancia.
La jefa de Unicef apuntó sobre todo a las falsas noticias sobre las vacunas vistas en los últimos años como el principal factor: “en lo peor de la pandemia, los científicos desarrollaron rápidamente vacunas que salvaron innumerables vidas, pero a pesar de este logro histórico, el miedo y la desinformación sobre todo tipo de vacunas circuló tanto como el propio virus”.
El informe muestra que en 52 de 55 países analizados la percepción pública sobre la vacunación infantil empeoró, con solo tres lugares (China, la India y México) en los que se mantuvo o mejoró.
Mientras tanto, en otros países como Corea del Sur, Ghana, Senegal o Japón esa confianza cayó más de un tercio, lo que hace que en algunos de ellos el porcentaje de la población que percibe las vacunas como algo importante para los niños se sitúe incluso por debajo del 50 %.
En España, tras un retroceso durante la pandemia, ese porcentaje se coloca ahora en el 89 %, un rango parecido al de otros países europeos como Portugal, Italia, Irlanda, Suecia, Dinamarca o Finlandia, todos con datos entre el 85 y el 92 %.
Mientras, otros como Países Bajos (70 %), Francia (75 %), Austria (75 %), Bélgica (77 %), Bulgaria (63 %) o Letonia (59 %) se sitúan por debajo, aunque no tanto como Rusia (54 %) o Japón (54 %).
En América, un 93 % de los mexicanos, un 88 % de los peruanos, un 89 % de los brasileños o un 79 % de los estadounidenses ven importante la vacunación infantil.
Aunque subraya que las opiniones en este ámbito son muy volátiles, Unicef considera vital tomarse este problema en serio, en especial porque los niveles de confianza parecen haberse reducido aún más entre los menores de 35 años y las mujeres, claves a la hora de vacunar a los niños.
La desinformación como eje clave
Junto a la proliferación de desinformación, el informe señala otras cuestiones preocupantes, como las dudas sobre la respuesta a la pandemia, el deterioro de la confianza en los expertos y la polarización política como posibles explicaciones.
El covid-19 provocó precisamente la mayor caída en 30 años de la inmunización infantil a nivel global, consecuencia principalmente de las interrupciones en programas que se vieron en muchos países para poder atender la emergencia sanitaria, la falta de profesionales y los confinamientos.
Unicef estima que unos 48 millones de niños se quedaron totalmente sin vacunar entre 2019 y 2021 y que casi otros 20 millones perdieron algunas de las dosis que debían haber recibido.
Como consecuencia, las tasas de vacunación han caído hasta niveles de 2008, echando por tierra el progreso logrado durante una década.
Según los datos de Unicef, uno de cada cinco niños en el mundo están sin vacunar o no han recibido las dosis necesarias, lo que los expone a morir por enfermedades que hoy son prevenibles.
Por ejemplo, aproximadamente uno de cada cinco niños no tiene protección contra el sarampión, una enfermedad que antes de la introducción de la vacuna en 1963 mataba a unos 2,6 millones de personas al año, en su mayoría menores.
En total, Unicef estima que las vacunas salvan unos 4,4 millones de vidas cada año, una cifra que podría crecer hasta 5,8 millones para 2030 si se cumplen los objetivos fijados por la comunidad internacional.