Antecedentes y detalles de una emisión que marcó un antes y un después en la historia de la televisión
El 17 de diciembre de 1989 quedó grabado como una fecha clave en la historia de la televisión moderna. Ese día, la cadena FOX emitió por primera vez un episodio completo de Los Simpson, la serie animada creada por Matt Groening que con el tiempo se convertiría en uno de los fenómenos culturales más influyentes de las últimas décadas.
Con una propuesta que combinaba humor ácido y crítica social, Groening concibió a la familia Simpson como una sátira de la sociedad estadounidense. Ambientada en la ficticia ciudad de Springfield, la serie retrató la vida cotidiana de una familia de clase media integrada por Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie, personajes que pronto trascendieron la pantalla.
A 36 años de aquel debut, Los Simpson acumula más de 36 temporadas y supera los 800 episodios emitidos, con continuidad asegurada al menos hasta 2028. A lo largo de su historia, la producción recibió cientos de premios, fue traducida a más de 50 idiomas, rompió récords de permanencia en pantalla y hasta dio el salto al cine.
Sin embargo, los orígenes de la serie se remontan a antes de 1989. El 19 de abril de 1987, la familia apareció por primera vez en formato de cortos animados dentro de El Show de Tracey Ullman. El sketch titulado Good Night marcó el inicio de una trayectoria que, tras dos años de buena recepción por parte del público, derivó en la adaptación al formato de media hora para la pantalla de FOX.
El episodio inaugural de la primera temporada fue un especial navideño titulado Sin blanca Navidad. La elección estuvo condicionada por la fecha de emisión, ya que el estreno originalmente estaba previsto con La babysitter ataca de nuevo, hoy conocido como el episodio número 33, que sufrió retrasos por problemas de animación.

Ese cambio de planes quedó reflejado en la estética inicial de la serie. En Sin blanca Navidad se observan diferencias notorias en el diseño de varios personajes y escenarios, incluidos Homero, Ralph, Moe y la taberna que se volvería icónica con el paso de los años. Una de las transformaciones más llamativas fue la de Barney Gumble, quien en ese primer episodio aparece con cabello rubio. Posteriormente, el equipo creativo decidió que solo los miembros de la familia Simpson tendrían el característico color de pelo similar al tono de piel, lo que motivó el cambio definitivo del personaje.
Otra curiosidad de aquel capítulo inaugural es la ausencia de la famosa introducción. La emblemática secuencia del sofá fue incorporada recién en el segundo episodio, cuando Groening advirtió que una apertura más extensa permitiría reducir el tiempo de animación requerido para el resto del capítulo.

