Después de seis meses de tratamiento en Singapur, Santino, el niño misionero que desde los 3 años lucha contra la leucemia, regresó al país tras recibir dos trasplantes de médula y mostrar estudios favorables. Su llegada estuvo marcada por un emotivo reencuentro familiar.
La recepción estuvo llena de abrazos y lágrimas de emoción. “Nos recibieron con los brazos abiertos”, expresó su madre, Natalia Rodríguez, en un mensaje donde también agradeció a quienes los acompañaron durante este difícil tramo del camino.
Entre los presentes estuvieron los «tíos» Silvia Díaz, Benjamín y Gabriela Nakamura, cuyo apoyo constante fue reconocido públicamente por la familia. “Ese abrazo que tanto necesitábamos”, escribió Natalia, destacando la resiliencia y la esperanza que acompañaron la historia de Santino.
Un camino de lucha y esperanza
En los últimos años, Santino enfrentó tratamientos complejos y largos períodos de internación que lo mantuvieron lejos de su hogar. Desde su diagnóstico, su familia construyó una red de contención que incluyó amigos, vecinos y cientos de personas que siguieron su evolución a través de campañas solidarias y actualizaciones en redes sociales.
La decisión de viajar al exterior respondió a la necesidad de acceder a controles y tratamientos especializados que no estaban disponibles en Argentina. Durante estos seis meses, Natalia relató jornadas difíciles, incertidumbre y la esperanza de que cada avance médico significara un paso más en la recuperación de su hijo. MOL