Santa Rita convoca a los fieles en Posadas: «Es el tiempo de la caridad», afirmó Mons. Martínez en la misa central


Con profunda devoción, la comunidad católica de Posadas celebra este domingo la Fiesta Patronal de Santa Rita en la parroquia homónima, ubicada en las avenidas Monseñor de Andrea y Chacabuco. Si bien la jornada contempla diversas celebraciones eucarísticas a lo largo del día, el momento central fue la misa de las 10, presidida por el obispo diocesano, monseñor Juan Rubén Martínez, luego de una multitudinaria procesión que partió a las 8 desde la Catedral «San José». Bajo el lema «Junto a Santa Rita, unidos a la esperanza», el templo se colmó de fieles, sacerdotes, seminaristas y vecinos que participaron con fervor.

Durante su homilía, Mons. Martínez resaltó el valor de la fe y la caridad como ejes esenciales del cristianismo, especialmente en contextos de sufrimiento y desigualdad. Inspirado en la vida de Santa Rita, destacó su testimonio de fe pascual, capaz de sostenerse en medio del dolor, y llamó a vivir una esperanza activa que se traduzca en amor concreto hacia los más necesitados. Enfatizó que «este es el tiempo de la caridad«, un llamado urgente a contrarrestar el individualismo y la deshumanización social con gestos de compasión y justicia.

 

En el inicio de su reflexión, monseñor Martínez destacó el valor de la fe como motor en tiempos difíciles, y subrayó la importancia de la caridad como rasgo distintivo del cristianismo. «Estamos celebrando esta Eucaristía en un contexto pascual. Santa Rita es una santa que nos convoca, un ejemplo emblemático que la Iglesia nos ofrece. Esta celebración marca también la historia de nuestra ciudad, con la expresión de fe de un pueblo que participa y agradece», expresó al comienzo de su homilía.

Refiriéndose a la vida de la santa de Casia, el obispo sostuvo: «Santa Rita las pasó todas. Fue una mujer de fe que, pese a una vida familiar marcada por la violencia y el dolor, nunca dejó de vivir desde la fe cada momento. Por eso nos identificamos con ella, porque la fe verdadera es pascual, es decir, se fortalece en el sufrimiento«.

En este sentido, resaltó que en la sociedad actual muchas veces se evita hablar del sufrimiento. «Sin embargo, el sufrimiento está y se hace presente. Con la fe, ese don de Dios, lo motorizamos y lo llevamos adelante en nuestra vida, en nuestra esperanza en Cristo que murió y resucitó», afirmó.

Mons. Martínez también profundizó sobre la esencia del cristianismo al recordar que «nuestra fe se fundamenta en la caridad. Como dice la carta de Santiago, la fe sin obras es una fe muerta. Necesitamos amor para que la fe se potencie en acciones concretas«.

Retomando las palabras del Papa León XIV, el obispo remarcó: «Este es el tiempo de la caridad. Es el tiempo que Dios quiere para nosotros, un tiempo en que los cristianos debemos amarnos unos a otros, abrazar especialmente a los más pobres y necesitados. Es el rasgo esencial de la evangelización».

A su vez, Mons. Martínez hizo una crítica a las desigualdades sociales actuales y al individualismo creciente. «Nuestra época se va deshumanizando, con violencia, guerras, egoísmos que se multiplican. Hay un porcentaje pequeño que puede vivir bien, pero la gran mayoría cae cada vez más en la indigencia. Eso muestra que la caridad y la justicia están ausentes. Y si nosotros rezamos pero no tenemos compasión y misericordia, entonces no somos verdaderos discípulos de Jesucristo», advirtió con firmeza.

En el tramo final de su homilía, el obispo reiteró que Santa Rita es ejemplo de una fe nutrida en el amor: «Ella fue puente del amor de Dios para los demás. Fe, amor y esperanza son virtudes que, si las vivimos, no nos dejan caer en el conformismo ni en la resignación. Lo peor que nos puede pasar es vivir achatados, resignados a que nada cambie«.

Y concluyó con una exhortación: «Los cristianos estamos llamados a amar y a estar de pie en la esperanza activa, la que se compromete, la que ayuda. Así vivió Santa Rita, patrona de lo imposible, que entiende nuestro corazón y nuestras luchas. Le pedimos que interceda por nosotros para que entendamos que este es el tiempo del amor y de la caridad, no de los egoístas ni de los indiferentes».