-Por Majo Coronil- @mcm_news.ofc
En tiempos donde reina la exposición y lo “libre” es sinónimo de “todo vale”, es importante detenernos a reflexionar: ¿cuándo dejamos de vestirnos con respeto? ¿En qué momento la moda dejó de ser expresión para convertirse en provocación sin límites?
Desde MCM News no venimos a censurar ni a imponer una moral, pero sí a invitar a la conciencia. Vestirse con decencia no es un mandato religioso ni una norma antigua: es una cuestión de respeto, identidad y coherencia.
Hoy vemos hombres y mujeres que confunden libertad con desubicación. No se trata de criticar escotes, shorts o transparencias, sino de cuestionar la pérdida del criterio según el lugar, el momento y el mensaje. Ir a una iglesia con un top estrapless, asistir a un acto escolar como si fuera una fiesta nocturna o ver a un comunicador o comunicadora informando con atuendos que rozan lo íntimo ya no sorprende… y eso es justamente lo preocupante.
La moda siempre fue una herramienta de expresión, sí. Pero también fue históricamente una forma de comunicar valores, pertenencia y respeto. Cada cultura ha tenido códigos de vestimenta, no por capricho, sino como parte del tejido social. Hoy, esa red parece haberse roto bajo el lema de “yo me pongo lo que quiero”… ¿pero a qué costo?
No hablamos de volver al pasado, sino de recuperar el sentido común y la elegancia del respeto. No todo es censura, a veces es simple decoro. Vestir bien, con dignidad, no solo nos eleva como personas, sino que también eleva el nivel de los espacios que habitamos. Porque cuando nos vestimos para los demás, también nos vestimos para nosotros: para ser vistos con seriedad, para construir presencia, para dejar huella.
Y si alguien cree que hablar de decencia al vestir es “anticuado”, quizás el problema no sea el discurso, sino el olvido de valores que alguna vez nos definieron.
https://www.instagram.com/mcm_news.ofc/