Recuerdo vivamente el día que fui a inscribir a mi hija mayor en el colegio. Estaba embarazada de mi hija menor y ese día, particularmente, no me sentía muy bien. Ingresé a la institución con el paso acelerado y en la entrada me detuvo -drásticamente- la imagen de Cristo Rey. No fue aquel un encuentro fortuito, ya que al contemplar el rostro de Cristo coronado, con su brazo derecho elevado, sentí sociego y PAZ.
Continué mi marcha, algunos pasos ¡hacia ADELANTE! y me sorprendió, luego, la imagen de la Virgen María, en señal de recibimiento. Me detuve por segunda vez, le encomendé a mis hijas, le pedí que calmara mi malestar y seguí caminando.
Y por tercera vez me detiene una “monjita” risueña, posa sus manos sobre mi vientre, me da la bendición y acoge mi cansancio con estas palabras: “Dios te Bendiga, esta es tu casa. ¡Bienvenida!”.
Inmediatamente el cansancio cesó y sentí tanta alegría que pude confirmar, a través de ella, que era ese el lugar donde debía estar en aquella etapa de mi historia familiar y personal.
Y ustedes, queridos lectores, se preguntarán ¿Y qué tiene que ver esta historia con la solemnidad de Cristo Rey?
Mucho tiene que ver porque es la certeza de que Cristo VIVE en medio de nosotros, haciéndose presente en nuestra cotidianidad de una forma tan humana que resulta muy fácil percibirlo, si nos abrimos a Su Gracia.
Nos dice el Papa Francisco “… Hablar de potencia y de fuerza para el Cristiano significa hacer referencia a la potencia de la Cruz y en la fuerza del AMOR de Jesús: un amor que permanece firme, íntegro, -también frente al rechazo-, y que parece como el cumplimiento de una vida gastada en el total ofrecimiento de sí mismo a favor de la humanidad…”
¡Viva Cristo Rey! es el grito que emerge de nuestra vida misma cuando “Le” invitamos a gobernar cada área de nuestra existencia.
Tengamos la certeza de que Él está más VIVO que nunca y aunque Su reinado no es el de este mundo (Jn. 18:36), Él se hace presente en nuestras vidas para llevarnos a la VICTORIA.
¡Que VIVA Cristo Rey!
Isabella Orellana
Locutora Católioca.
Esposa. Mamá.