El reciente pontificado de León XIV, primer papa agustino y estadounidense-peruano, se presenta con un fuerte simbolismo teológico y pastoral. Su lema «In Illo uno unum» («En Él, uno solo») y su escudo papal reflejan una profunda identidad agustiniana y un compromiso con una Iglesia sinodal, misionera y acogedora.
«In Illo uno unum»: la unidad en Cristo
El lema «In Illo uno unum» proviene de la Exposición sobre el Salmo 127 de San Agustín, donde se expresa que, aunque los cristianos somos muchos, en el único Cristo somos uno . Este lema subraya la centralidad de Cristo como fundamento de la unidad en la diversidad dentro de la Iglesia.
Con motivo de la fiesta del mártir san Félix, el obispo de Hipona predica sobre la felicidad del justo, afirmando en el parágrafo 3: «Hay, de hecho, un Hombre que así es bendecido, y ningún hombre teme al Señor sino el que se halla entre los miembros de este Hombre; y muchos son los hombres y uno solo es el Hombre, pues muchos son los cristianos y uno solo es Cristo. Los cristianos, con su Cabeza, que subió al cielo, es el único Cristo: no es Aquél uno y nosotros muchos, sino que también nosotros, siendo muchos en Aquel (que es) uno, somos uno. Luego, uno solo es el Hombre, Cristo, Cabeza y Cuerpo. ¿Cuál es su Cuerpo? Su Iglesia»
León XIV, al adoptar este lema, destaca su intención de promover una Iglesia unida y sinodal, reforzando la importancia del diálogo y la corresponsabilidad, valores inherentes a la espiritualidad agustiniana . Este enfoque pastoral busca integrar a todos los fieles en la misión evangelizadora, reconociendo la diversidad de carismas y culturas.
El escudo papal: símbolos de pureza y conversión
El escudo de León XIV está dividido diagonalmente en dos sectores. En la parte superior, sobre fondo azul, se presenta un lirio blanco, símbolo de pureza, obediencia y consagración, que refleja la devoción mariana del Papa.
En la parte inferior, sobre fondo claro, destaca un corazón rojo atravesado por una flecha, posado sobre un libro cerrado. Esta imagen, inspirada en el escudo de la Orden de San Agustín, evoca la conversión del santo, quien describió su experiencia espiritual con las palabras «Has herido mi corazón con tu amor» . El libro cerrado representa la Palabra de Dios, fuente de sabiduría y guía en la fe.
Estos elementos heráldicos no solo rinden homenaje a la tradición agustiniana, sino que también simbolizan el compromiso del Papa con una Iglesia que busca la pureza en la fe y la constante conversión del corazón.
Este nuevo pontificado se presenta como una oportunidad para profundizar en la fe y renovar el compromiso con una Iglesia que, en medio de la diversidad, encuentra su unidad en Cristo.