Propietario de Maná considera injusta la clausura y pide a las Autoridades más sensibilidad


En diálogo con Radio TupaMbaé, Miguel Krawczuk, propietario de la reconocida empresa de panificados y titular del Centro de Industriales Panaderos de Misiones, abordó la delicada situación que atraviesa el local Maná, actualmente clausurado.

El titular del gremio de panaderos de la provincia expresó su preocupación por la clausura, subrayando el impacto directo en más de 60 empleados de la panadería, quienes se ven imposibilitados de percibir sus salarios desde el pasado jueves. En este contexto, Krawczuk hizo hincapié en la solidaridad de la comunidad, destacando la urgente necesidad de que estas personas retomen sus labores.

La empresa de panificados enfrenta no solo la pérdida de ingresos, sino también el desperdicio de productos que, debido a la clausura, no pueden ser comercializados. Este hecho lamentable agrava aún más la situación económica tanto de la panadería como de sus empleados.

En busca de una pronta solución, Krawczuk informó que están a la espera de una reunión con el Intendente de Posadas, quien se comprometió a abordar el caso. La expectativa es que, a través de este encuentro, se pueda gestionar la revocación de la clausura y permitir que Maná recupere su normal funcionamiento.

En sus declaraciones iniciales a “La Creíble”, el dueño de la empresa de panificados y titular del Centro de Industriales Panaderos de Misiones abordó la reciente manifestación protagonizada por sus empleados frente al establecimiento. Al respecto, expresó: “La verdad es que la manifestación fue iniciativa de nuestros empleados, de nuestros colaboradores”.

Aclaró que inicialmente la manifestación estaba programada para el sábado, pero ante la esperanza de que la jueza levantara la clausura, solicitó a sus empleados que postergaran la protesta. El motivo de esta postergación fue la comunicación recibida del intendente Lalo Stelatto, quien se comprometió a abordar la situación en una reunión programada para el día de hoy.

Krawczuk informó que, ante la inminente visita al intendente, pidió a sus empleados que desistieran de la idea de dirigirse a la Municipalidad para protestar, ya que confía en que la reunión con Stelatto sea clave para resolver la situación de Panificados Maná.

Sin embargo, también expresó comprensión hacia la necesidad de los empleados de manifestarse y aclaró que, en caso de decidir hacerlo, les solicitó que lo hicieran de manera pacífica, evitando cortar calles u obstaculizar el tránsito.

Desde el momento en que la clausura impactó en la panadería el jueves a las once de la mañana, hasta la fecha actual, el local permanece cerrado, generando una serie de complicaciones tanto para la empresa como para los más de 60 empleados que se ven afectados al no poder realizar sus labores ni percibir sus salarios.

Respecto a la denuncia planteada por un cliente que desembocó en la clausura temporal del establecimiento, el titular del Centro de Industriales Panaderos de Misiones detalló que la queja se originó a raíz de la presunta presencia de moho en una mini torta. En este sentido, reconoció la posibilidad de que situaciones de este tipo puedan ocurrir ocasionalmente, pero subrayó que la compradora en cuestión es empleada de la municipalidad, posiblemente vinculada al sector de bromatología o áreas adyacentes.

Según registros visuales de la seguridad de la panadería, se constató que la misma cliente que adquirió la torta regresó para una inspección el martes. El incidente inicial relacionado con la torta, aparentemente, condujo a la identificación de ciertos problemas edilicios, aunque, según el titular, no se trató de cuestiones que ameritaran una clausura.

Con notable consternación, el propietario explicó que la clausura se llevó a cabo de manera abrupta, con un inspector apostado en la entrada, instando a los clientes a abstenerse de ingresar al establecimiento. Esta acción, según Krawczuk, generó perplejidad, ya que considera que “la situación no justificaba una medida tan drástica, más allá de las observaciones iniciales relacionadas con la mini torta y los problemas edilicios”.

Posteriormente, una vez concluidos los procedimientos y mientras se colocaba la última faja de clausura, “dos periodistas se acercaron para capturar imágenes y grabar la escena”. Esta situación, según el dueño de la panadería, le resulta intrigante y sugiere una serie de circunstancias peculiares en torno al caso. Afirmó que, “a pesar de haber proporcionado toda la documentación requerida, están a la espera de la decisión de la jueza, quien, a su juicio, está tomándose un tiempo considerable en resolver la situación”.

La situación lamentablemente ha llevado a la pérdida de una considerable cantidad de materia prima y masa pre-elaborada que, por la clausura, “tuvo que ser descartada en un tacho de basura”. En un gesto de solidaridad, el propietario mencionó que se vieron obligados a donar toda la mercadería elaborada a comedores, iglesias y otras instituciones para evitar mayores desperdicios.

Las pérdidas económicas para el establecimiento son significativas, ya que, además de la imposibilidad de vender productos, han tenido que enfrentar la desafortunada situación de “deshacerse de mercancía en buen estado”. En este contexto, el impacto en los más de 60 empleados es notable, ya que no solo se ven privados de sus salarios, sino que la empresa “solía proveerles desayuno, merienda y cena, junto con un kilo de pan diario para llevar a sus hogares”. La urgencia económica de los empleados se ha agravado, preocupando a la dirección del establecimiento, que solía depositar “100 mil pesos a cada empleado en estas fechas para garantizar su bienestar”.

Respecto a los pasos a seguir tras las considerables pérdidas generadas por la clausura, Miguel Krawczuk compartió: “Hemos tenido que descartar toda nuestra mercancía, ya que no podemos regalarla. Hubiera deseado poder donar esos productos, pero con alrededor de 50 o 60 tortas en la heladera a punto de vencer en dos días, la viabilidad de esa opción es limitada. No queremos donar artículos con corto tiempo de vencimiento; eso también complica la situación. Sin embargo, todo lo que ya estaba horneado y cocinado fue donado sin dudarlo”.

Ante la incertidumbre sobre el futuro inmediato, Krawczuk señaló que la jueza debe levantar la clausura para que puedan reanudar sus operaciones. Aclaró que, dada la naturaleza coordinada de su producción, necesitarían “al menos dos días para restablecerse completamente una vez que se levante la restricción”. Manifestó su desconcierto al admitir: “Honestamente, no sé qué está sucediendo en este momento”.

En referencia a la aparente disparidad en las acciones de la Bromatología en distintos establecimientos de Posadas, Krawczuk expresó su preocupación, citando casos de grandes comercios que, según él, “fueron clausurados pero volvieron a operar en un plazo de 24 horas”. Subrayó que, “pese a haber cumplido con todas las solicitudes y requerimientos, la situación sigue siendo incierta”. No obstante, mencionó que mantiene un compromiso del Intendente, lo cual le brinda cierto alivio y esperanza en medio de esta difícil coyuntura.

El dueño de Panificados Maná, Miguel Krawczuk, expresó su incertidumbre sobre el futuro inmediato, indicando que están siguiendo los acontecimientos paso a paso con la asesoría legal correspondiente. Criticó la percepción de algunos funcionarios que, según él, “creen que tienen control absoluto sobre la ciudad y las vidas de los ciudadanos”.

A su vez Krawczuk invitó a los representantes de Bromatología y a la Ingeniera de Calidad de Vida a que visiten Maná en agosto y vean “las donaciones realizadas a instituciones religiosas”. Resaltó las contribuciones durante la pandemia, donde proporcionaron “alimentos a personal de seguridad, trabajadores de la salud, municipales y comedores, sin costo alguno”.

Asimismo expresó cierta frustración al recordar que la empresa ha estado siempre disponible para colaborar, donando a diversas causas, mientras destacaba su incomodidad al esperar una respuesta a la situación actual. Enfatizó el compromiso y sacrificio de la empresa durante la pandemia, trabajando mientras otros permanecían cerrados, proporcionando empleo y contribuyendo a la comunidad sin esperar reciprocidad.

La situación en Maná involucra a casi 60 empleados, todos concentrados en el trabajo en el local, quienes estuvieron reclamando en horas de la mañana. La problemática ha generado una profunda indignación entre el personal, evidenciada durante el día de la clausura, cuando algunas empleadas fueron confrontadas por la inspectora, provocando lágrimas y consternación. Este sentimiento persiste, incluso hoy, durante la eliminación de mercadería. Cabe destacar que esta acción no se llevó a cabo con la intención de buscar cobertura mediática, sino como una medida necesaria.

En este contexto, el propietario enfatizó en la importancia de que los funcionarios, a cargo de tomar decisiones que afectan a los trabajadores y a la empresa, “muestren sensibilidad y tomen el tiempo necesario para comprender la realidad de la situación”.

Krawczuk también destacó que, aunque se señalaron problemas edilicios, estos fueron mínimos y ya han sido resueltos. Reclamó que el procedimiento llevado a cabo fue muy desfavorable y espera una revisión más justa y equitativa por parte de las autoridades.

Maná, es una panadería emblemática de Posadas ubicada en Av. Uruguay casi Mitre, que busca el respaldo de las autoridades locales para superar este difícil momento y continuar siendo parte integral de la comunidad.