La reciente decisión del Gobierno de intervenir la Dirección de Asociaciones Sindicales, una dependencia estratégica para el poder sindical, ha generado preocupación en la Confederación General del Trabajo (CGT). La medida, acordada entre la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, ha despertado sospechas y especulaciones entre los dirigentes gremiales.
La Dirección de Asociaciones Sindicales despierta intriga por su rol en resolver conflictos de encuadramiento, inspecciones a sindicatos, otorgamiento de personerías, fiscalización económico-financiera y otros aspectos fundamentales para el sindicalismo. La intervención, parte de una estrategia gubernamental de investigar áreas bajo sospecha, ha desatado preocupación en la CGT, que teme una posible agenda de revanchismo y persecución por parte de la Casa Rosada.
Aunque desde el Gobierno se asegura que la intervención es preventiva y busca traer transparencia a un área caracterizada por la opacidad, los dirigentes sindicales expresan inquietud ante la posibilidad de que expedientes que los beneficiaban sean revisados exhaustivamente. Si bien la medida no está directamente relacionada con las recientes destituciones en la Secretaría de Trabajo por irregularidades, responde a una voluntad política de examinar la gestión oficial en ese ámbito.
La preocupación de la CGT se da en un contexto de crecientes tensiones entre los gremios y el Gobierno, que se manifiestan en el inicio de una nueva etapa de protestas sindicales. A pesar de gestos de flexibilidad por parte del oficialismo, como la homologación de paritarias y la promesa de consensuar una modernización laboral menos conflictiva, persisten las dudas sobre el alcance de estas medidas.
La incertidumbre se agrava ante la falta de definición del Gobierno respecto al proyecto de modernización laboral, que se encuentra en constante revisión y genera tensiones internas en la coalición gobernante. La participación de la CGT en movilizaciones como la marcha universitaria busca sumar apoyo social a sus reclamos, pero también expone la compleja relación entre sindicalismo y gobierno.
En este escenario, el desenlace de las próximas movilizaciones sindicales y la respuesta del Gobierno serán determinantes para el futuro del diálogo entre ambas partes y para el desarrollo de la agenda laboral en el país. Infobae