La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el lunes el Premio Nobel de Economía 2025 a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus investigaciones sobre el progreso tecnológico y la destrucción creativa como motores del desarrollo económico sostenido.
Joel Mokyr, de la Universidad Northwestern (EE. UU.), Philippe Aghion, del Collège de France, INSEAD y London School of Economics, y Peter Howitt, de la Universidad Brown (EE. UU.), fueron reconocidos “por haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación”, informó la Academia.
Mokyr recibirá la mitad del premio, equivalente a 11 millones de coronas suecas, por identificar los requisitos previos para el crecimiento sostenido a través del progreso tecnológico. Aghion y Howitt compartirán la otra mitad por su trabajo sobre la teoría del crecimiento sostenido a través de la destrucción creativa.
Del estancamiento al progreso continuo
El trabajo de los laureados aborda la pregunta fundamental de por qué, en los últimos dos siglos, el mundo ha experimentado un crecimiento económico sin precedentes, cuando durante la mayor parte de la historia humana la norma fue el estancamiento.
Durante siglos, los niveles de vida apenas cambiaban de una generación a otra, a pesar de descubrimientos ocasionales. Todo cambió con la Revolución Industrial hace más de 200 años. A partir de Gran Bretaña y extendiéndose a otros países, la innovación tecnológica y el progreso científico comenzaron a alimentarse mutuamente, generando un crecimiento sostenido y estable.
Mokyr, nacido en 1946 en Leiden, Países Bajos, demostró que, para que las innovaciones se sucedan de manera constante, no basta con saber que algo funciona: es necesario comprender científicamente por qué funciona. Antes de la Revolución Industrial, el conocimiento tecnológico era principalmente práctico, sin un respaldo científico que permitiera construir sobre descubrimientos previos.
Según el historiador económico, la Revolución Científica de los siglos XVI y XVII permitió conectar el conocimiento práctico con el científico, a través de métodos de medición precisos, experimentos controlados y resultados reproducibles. Mokyr destacó además la importancia de sociedades abiertas a nuevas ideas y capaces de transformar innovaciones en productos comerciales, como ocurrió en Gran Bretaña.
La teoría de la destrucción creativa
Aghion, nacido en 1956 en París, y Howitt, nacido en 1946 en Canadá, analizaron la innovación desde la perspectiva de la destrucción creativa. Según su teoría, cuando un producto nuevo y mejor llega al mercado, las empresas que producen tecnologías anteriores pierden terreno.
Su modelo pionero considera la economía como un sistema interconectado, donde producción, investigación y desarrollo, mercados financieros y ahorro de los hogares interactúan. La innovación genera un ciclo continuo: las empresas invierten en I+D para liderar el mercado y obtener ganancias temporales, lo que incentiva a otras compañías a mejorar los productos o métodos de producción, impulsando así el crecimiento económico sostenido.
Lecciones para el presente
El trabajo de los laureados muestra que la innovación no ocurre sin conflictos. “El crecimiento económico no puede darse por sentado. Debemos mantener los mecanismos que subyacen a la destrucción creativa, para evitar volver al estancamiento”, afirmó John Hassler, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.
El anuncio de este lunes cierra la temporada de premios Nobel de 2025. El Premio de Economía, oficialmente conocido como Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, fue creado por el banco central sueco en 1968 y se ha otorgado 56 veces a 96 galardonados. Aunque no forma parte del testamento original de Nobel, se entrega junto con los demás premios el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel en 1896.