En diálogo con Radio TupaMbaé, Benito Leibovich, presidente de “Activa Distribuciones” de Concordia- Entre Ríos, se refirió a la suba del precio del asado en Argentina.
«Todo puede aumentar en este país, menos la carne», se quejó el presidente de «Activa», en alusión a que «la gente no entiende los costos de producción y de traslado, que tenemos; a la hora de manifestar su enojo con el sector cárnico del país.
En primer lugar, Leibovich mencionó que “el hilo conductor sería: todo puede aumentar en este país, menos la carne. En nada se hace tanto ruido como con el aumento del precio del kilo del asado. Todo puede aumentar, menos la carne, porque cuando aumenta la carne, todo el mundo se entera enseguida. Sin embargo todo está fuera de nuestro alcance”.
De esta forma recordó que “si le preguntas a una persona de 85 años, qué número de documento tiene, te va a decir 5 millones y algo, o sea que tan solo 80, 80 y pico de años, acá en Argentina eran 5 millones de almas nada más, y había como 90 millones de cabezas de hacienda”.
En este sentido agregó que “hoy cambió todo eso. No hay hacienda porque el sector no fue incentivado como para mantener el stock y poder seguir manteniendo esa cantidad de carne”.
Y alentó a que “el público debe prestar atención a algo que el carnicero bien lo sabe: desde febrero o marzo hasta prácticamente octubre, este año se adelantó un poco, por la gran sequía que hubo. Pero si no, prácticamente desde marzo hasta octubre el asado no solo que no sube, sino que baja; porque cambian los hábitos de consumos en la gente”.
“Y cuando empieza a refrescar un poco, se consumen otros tipos de productos como ser, el locro, la buseca, pastas, o sea, otros productos. Y el asado no es la estrella en esos tiempos. Después que pasa de octubre en adelante, empieza a aumentar porque, primero, tenemos el día de la madre y se vende asado como nunca”, especificó.
En esta misma línea dijo que como “segundo punto, sería que los grandes hipermercados y todo lo que es la Costa Atlántica, o sea, todo lo que son los centros turísticos (que gracias a Dios están trabajando muy bien en este momento) empiezan a acaparar el asado para tener en esos momentos que es a partir de diciembre y enero, que hay mucha más demanda que oferta”.
“Y tenés otro componente importante: en diciembre, que no es solamente Navidad y Año Nuevo el gran consumo, sino que en todo diciembre, hay consumo; porque se juntan los compañeros de trabajo, los compañeros del club. En fin, hay lo que normalmente decimos, muchísimas juntadas”, agregó.
A su vez aclaró que “eso produce demanda y aparte de todo eso, el ganadero que tiene tres jaulas para vender de hacienda, espera un poco más y la vende en enero o febrero, porque normalmente el 31 de diciembre termina el año fiscal y tiene que pagar el impuesto a las ganancias que se le va casi al 35% en marzo o abril».
Y expuso que «eso no es especulación, sino que es una cuestión que cada uno defiende un poco sus intereses y que lo tiene que vender porque no lo puede guardar al animal, porque lleva un peso tal que, hay que venderlo porque si no, se excede de peso y se excede de grasa. Entonces, concretamente todos los productos que normalmente se dejan de vender cuando refresca un poco, en otoño-invierno, el asado se vende en la temporada de verano”.
“Estamos de acuerdo con que es una cuestión de sentido común, nada más que esa información, el público no lo sabe. Entonces es más fácil criticar, es más fácil decir, nos están matando, nos están estafando y esto es absolutamente absurdo lo que se dice», se quejó.
“A parte tienen que pensar lo que cuesta producir un kilo de carne, el tiempo que lleva, las manos que pasa, hasta que llega el consumidor. Y es uno de los productos (la carne en general) que se trabaja, en blanco», manifestó.
Por otro lado, mencionó que “el frigorífico a nosotros nos factura 30 toneladas y nosotros pagamos impuestos por los productos que no vendemos, y lo tenemos que facturar de todas maneras porque hay un remito cárnico que tiene un seguimiento por AFIP”
En relación a la medida que indica la devolución del IVA, especificó: «Te soy muy sincero nosotros somos distribuidores y no producimos la mercadería, quizás eso suceda a nivel de frigorífico, quizás no. A nosotros como distribuidor no nos devuelven nada, les devolverá seguramente a la parte productiva. Pero concretamente hay un desfasaje brutal entre los costos. Lo que pasa es que lamentablemente, y sé que hay mucha gente que no le va a caer bien, pero los pocos que pagan, les sale carísimo por los muchísimos que no pagan».
«Y si una empresa gasta más de lo que produce, se funde y el Estado es una empresa. En todo el mundo el Estado cumple un rol social perfecto donde las ganancias las distribuyen, donde tienen un costo de producción, de vehículos, de empleados, de instalaciones, de un montón de cosas pero no debe gastar más de lo que produce», enseñó.
Para concluir expresó que «lamentablemente, ese gasto excesivo, lo paga el Pueblo que somos todos nosotros, en cada municipalidad y tenemos que pagar un ingreso. Entonces, donde se cobra cinco, la empresa agrega a su costo cinco pesos, al otro veinte y ¿quién lo paga, el de veinte? Y lo paga el pueblo, no lo paga la empresa».