Hoy, el mundo celebra una figura que ha sido vital en momentos críticos y extremos mucho antes de la Primera Guerra Mundial: el radioaficionado. Desde 1981, cada 18 de abril se conmemora el Día Mundial del Radioaficionado, un homenaje a aquellos que han demostrado la importancia vital de la comunicación en situaciones de emergencia y desastre.
La historia de la radioafición se remonta a 1913, cuando un grupo de aficionados estadounidenses proporcionó comunicaciones cruciales durante las graves inundaciones en el medio oeste de los Estados Unidos, que dejaron a grandes áreas completamente aisladas. Este acto altruista marcó el inicio de una tradición que ha salvado vidas y conectado al mundo en tiempos de crisis.
El 18 de abril de 1925, se fundó la Unión Internacional de Radioaficionados, sentando las bases para la cooperación global en esta práctica. Y en 1981, gracias a la propuesta de la Liga de Amadores Brasileros de Radio Emissao (Labre), la fecha fue oficialmente designada como el Día Mundial de la Radioafición.
Hoy en día, la IARU (Unión Internacional de Radioaficionados) es una federación mundial que representa a más de 153 países, congregando a millones de personas que comparten esta pasión por la radioafición. Aunque las normas y tecnologías han evolucionado, el espíritu de servicio y la dedicación de los radioaficionados siguen siendo los mismos que en sus inicios.
Sin embargo, en Argentina, la celebración toma un giro distinto. Desde 1950, el país conmemora el Día del Radioaficionado el 21 de octubre, en honor a la fundación del Radio Club Argentino en esa misma fecha en 1921. Esta dualidad refleja la diversidad y riqueza de la comunidad de radioaficionados en todo el mundo, unidos por una misma pasión y compromiso con el servicio público.
En este día, honramos a los radioaficionados de todo el mundo, cuyo trabajo desinteresado y dedicación continúan siendo un faro de esperanza y conexión en un mundo cada vez más interconectado.