El sacerdote jesuita, José Alberto Luis “Beto” Draper Siri, estuvo prestando servicio en la parroquia Santos Mártires hasta diciembre del año pasado. Actualmente, se encuentra en Montevideo, Uruguay, desde dónde rememora las anécdotas con quienes fueran sus compañeros de colegio, los uruguayos que sobrevivieron a la tragedia de los Andes. Tema de conversación recurrente tras el estreno de la película “La Sociedad de la nieve”
La supervivencia de 16 personas, perdidas por 72 días en la cordillera de los Andes luego de que su avión estrellara y bajo condiciones extremas, inspira a no perder la esperanza y mantener la unión ante situaciones difíciles.
El padre José Alberto Luis “Beto” Draper Siri, sacerdote jesuita que actualmente se encuentra en la Parroquia Sagrada Familia de Montevideo, Uruguay, no solo conoció a los sobrevivientes, sino que fue compañero de clase de algunos de los jugadores de rugby. El padre Beto, como lo conocen la comunidad católica en Posadas, estuvo al frente de la parroquia Santos Mártires de la capital misionera desde febrero de 2020 hasta diciembre del año pasado.
En su tiempo en la tierra roja estrechó lazos con la juventud, con quienes compartía anécdotas de su época de jugador de rugby – a los 18 años- y su contacto con los muchachos uruguayos, cuyas historias vuelven a ser tema de todas las conversaciones en la actualidad tras el furor de la película “La sociedad de la nieve”.
En la parroquia Santos Mártires, el padre Beto se encontró con varios grupos,como el Alborada y el Jesús buen pastor. Desde su conocimiento, sigue compartiendo la historia de la tragedia de los Andes en campamentos de jóvenes para motivar la esperanza y el compañerismo.
El padre Beto Draper, sacerdote jesuita. / Foto: Gentileza
«Muchos de ellos iban al bachillerato al que yo fui toda la vida y compartí clases con algunos de ellos. Con los que tuvieron la experiencia de los Andes no porque eran un par de años mayores que yo, pero seguí todo muy de cerca. Cuando ocurrió el accidente el 13 de octubre, la información era total en el día a día. Lo seguíamos con preocupación porque algunos de los que iban a viajar eran compañeros míos», contó.
A su vez, consideró que «es una experiencia que abre mucha expectativa pero también esperanza porque todas las situaciones son un aprendizaje para nosotros». «Tenemos que tener esperanza y luchar por la vida y las buenas obras», remarcó.
«Vi la película dos veces y me pareció buena. Realmente expresa bastante de cerca lo que fue ocurriendo. Por supuesto que hay muchas cosas que no pueden salir tal como fueron. Fue muy cercana y muy implicada a la familia con el tema del dolor y la angustia, pero también recoge el humor y las buenas ganas de salir adelante que tenían ellos, que al principio esperaban que los vengan a buscar y eso nunca pasó», comentó sobre la película ‘La Sociedad de la Nieve’, estrenada en 2023 y dirigida por Juan Antonio Bayona.
En este sentido, reflexionó que «allí realmente, como lo evidencia bien la película, solos en las montañas, sin nada y llenos de nieve, es una soledad absoluta. Dentro de la soledad absoluta, uno piensa dónde estoy, cómo vivo y para qué vivo. Brota una experiencia del ser». «Fue muy fuerte para ellos porque cuando uno llega al límite de la soledad, llega a conectarse realmente con el Dios que uno cree», señaló.
«Dentro de la película, recogí muy buena disposición sobre esto y el tema del dolor fue muy bien tomado. Fue productiva, no se entró en la morbosidad y fue bien llevada», agregó.
Asimismo, aseguró que «la mayoría de los mensajes recogidos en Uruguay es que la película es buena. De los propios sobrevivientes también. Hay algunos que critican por otros motivos, en contra de lo religioso o por hacer diferencias socioeconómicas».
Recordando la tragedia que ocurrió hace 52 años, explicó que «en las primeras comunicaciones era muy difícil abordar el tema de cómo se alimentaban. Las primeras palabras que les dan a los propios chicos fue ver la comunión con Cristo. Eso llegó a los que sobrevivieron porque era aceptarlo: era la vida o la muerte y ellos apostaron por la vida con mucha esperanza».
«Al hablar del tema en las charlas, con los chicos estando de campamento, lejos de su familia y teniendo que pasar la noche en carpas, les mueve un poco el corazón la historia. Empecé comentando lo que pasó en la cordillera de los Andes con este grupo de muchachos, cómo se unieron y salieron adelante con esperanza y ánimos», explicó. «Es sentir también que no están perdiendo el tiempo, que es lindo juntarse con fompañeros y amigos y ver cómo con lo que hay, se saca mejor partido», completó.
Fuente: El Territorio