Para los privados, el IPC bajará en febrero, pero la desaceleración sería más lenta de lo que el Gobierno cree


A pesar de la reducción experimentada en enero, se prevé que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) disminuirá durante febrero, aunque los indicadores apuntan a una desaceleración más gradual de lo anticipado por el Gobierno.

La inflación, que alcanzó un 20,6% en enero, parece encaminarse hacia una disminución para el segundo mes del año, con los pronósticos de los analistas privados situando el dato en torno al 15%. A pesar de esta disminución, se espera que los números sigan siendo significativos.

El Gobierno ha proyectado escenarios que anticipan una desaceleración de los precios en los próximos meses, respaldados por el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, que sugiere un descenso del 18% en febrero, del 15,3% en marzo y del 13% en abril.

Sin embargo, según especialistas como Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, la desaceleración podría ser más gradual de lo esperado. “Para febrero, nuestra proyección es de un 14,7%, y anticipamos que marzo estará por encima”, afirmó Garay Méndez. Factores como los aumentos en combustibles, transporte, energía y costos educativos podrían presionar sobre los números de marzo.

Nicolás Alonzo, economista del estudio OJF, también prevé un febrero “bastante caliente”, con ajustes en precios regulados que podrían mantener la inflación cerca del 15%. Alonzo advierte que, aunque el impacto de la devaluación se diluirá, es posible que el trimestre finalice con una inflación interanual significativamente alta.

La consultora LCG señala un incremento promedio semanal del 2,5% en los precios de los alimentos, con la subida de transporte en el AMBA y los ajustes en combustibles contribuyendo a un posible aumento de la inflación.

En el contexto de una fuerte caída en el consumo, Garay Méndez señala que la corrección en los precios relativos podría presionar sobre la inflación, pero la caída en los salarios reales y la licuación de los pesos limitan el impacto en la demanda, frenando la inflación núcleo.

Alonzo coincide en que podría haber un contraste entre los números del primer y segundo semestre, pero advierte sobre la alta volatilidad que afecta a la economía argentina.

En resumen, aunque el Gobierno prevé una desinflación más rápida, los analistas privados anticipan que los niveles de inflación se mantendrán alrededor del 20% mensual hasta marzo, posiblemente requiriendo ajustes adicionales en el tipo de cambio oficial para mantener la competitividad.