El Papa Francisco instó el domingo a los políticos a abordar la «herida abierta» de las muertes de migrantes en el Mediterráneo, diciendo que había estado rezando por las 41 personas que fallecieron en un naufragio este mes.
«Con dolor y vergüenza debemos declarar que, desde el comienzo del año, ya han muerto casi 2.000 hombres, mujeres y niños en ese mar mientras intentaban llegar a Europa», dijo Francisco tras el rezo semanal del Ángelus.
«Aliento a las fuerzas políticas y diplomáticas que tratan de curar esta herida con espíritu de solidaridad y fraternidad, así como los esfuerzos de quienes trabajan para prevenir los naufragios y rescatar a los migrantes».
Las catástrofes mortales son frecuentes cuando los migrantes intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Más de 22.000 personas han muerto o desaparecido en sus aguas desde 2014, según la Organización Internacional para las Migraciones.
Funcionarios portuarios de la isla italiana de Sicilia recuperaron un cadáver el domingo después de que una embarcación con 13 migrantes naufragara el sábado por la noche frente a la cercana isla de Marettimo, informó la agencia de noticias ANSA. Se presume que también murió otra persona.
Seis personas murieron después de que una embarcación de inmigrantes que intentaba cruzar el Canal de la Mancha desde Francia a Gran Bretaña volcara a primera hora del sábado, y otras dos personas probablemente estaban desaparecidas, según las autoridades francesas.
El Papa también pidió oraciones por Ucrania y por las víctimas de los incendios de Maui, en Hawái. El número de muertos por ese desastre ascendió a 93 el sábado, convirtiéndose en el incendio forestal más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo. (Reporte de Valentina Za, Editado en Español por Manuel Farías)
Fuente: LA NACION