En nuestro afán por comprender las diversas dimensiones culturales que nos rodean, nos sumergimos en una enriquecedora conversación en Radio Tupa Mbae con Stella Echevarría, una Comunicadora Social argentina que ha encontrado su lugar en Chile. Stella nos ofreció generosamente una visión íntima de su experiencia, compartiendo reflexiones sobre el desafío del desarraigo, la adaptación a nuevas costumbres y los obstáculos cotidianos que afronta en esta tierra extranjera.
Una de las principales sorpresas para Stella fue la intensidad con la que los chilenos celebran su independencia en septiembre, contrastando con la menor relevancia otorgada a otras festividades. Esta dedicación incluso se refleja en detalles como la obligatoriedad de exhibir la bandera nacional, bajo amenaza de multa, como un símbolo de identidad patriótica.
«Todo el mundo, todos los chilenos de verdad esperan septiembre. Es muy loco», enfatizó Stella.
En Chile, el fervor de las Fiestas Patrias se desata cada 18 y 19 de septiembre, marcando el evento más anhelado por la mayoría de los chilenos cada año. Los festejos inician el 15 de septiembre y se prolongan durante toda la semana, con las emblemáticas fondas y ramadas que adornan el país de norte a sur.
Sumergida en la riqueza culinaria de su entorno, Stella compartió en la 105.9 su fascinación por platos como el pastel de choclo y la sopaipilla, descubriendo similitudes y diferencias con las tradiciones gastronómicas de su tierra natal. Desde la salsa criolla hasta el acompañamiento con mate cocido, cada detalle revela la diversidad de influencias y gustos en la mesa chilena.
Sopaipillas
Stella explicó que la sopaipilla, descrita como «similar a la chipa cuerito», se caracteriza por su combinación con zapallo, que le otorga un sabor exquisito. «Se asemeja a una chipa amasada, pero con la adición de zapallo, lo que le confiere un color hermoso y la hace igualmente deliciosa al ser frita», describió.
Respecto a los acompañamientos, en esta región suelen acompañarla con salsa criolla, mayonesa o ketchup, ofreciendo opciones para todos los gustos. «Desde mate cocido hasta té con leche, la variedad de alternativas para acompañarla es amplia y personal», detalló Stella.
Pastel de choclo
Ante la pregunta sobre si había podido disfrutar de mates desde su llegada al país trasandino, compartió: «Hubo un tiempo en el que estuve… no sé, unos seis meses sin poder disfrutar bien del mate, porque las yerbas que solían llegar no eran tan sabrosas, al menos para mi gusto. Hasta hace poco encontré yerbas directamente de Misiones, de la cosecha que prefiero. Entonces, ahora sí puedo olvidarme de preocupaciones al preparar el mate y disfrutar tranquila del tipo de marca que me gusta».
En cuanto al precio de la yerba, indicó: «Por ejemplo, medio kilo serían cuatro dólares, aproximadamente unos cuatro mil pesos argentinos, con un pequeño margen. Realmente suelo mezclar dos tipos de yerbas: una que me gusta y otra más suave con mucho yuyito. Lo hago para que el mate rinda verdaderamente.»
Descubriendo Chile
Al abordar el tema laboral, Stella destacó la importancia de la creatividad y la adaptabilidad en un entorno competitivo como el chileno. Si bien reconoció la existencia de oportunidades, señaló «la necesidad de una estrategia sólida y una red de contactos para prosperar en este ámbito».
Sin embargo, no todo son facilidades en la vida en Chile. Stella compartió sus impresiones sobre el acceso a la educación y la salud, resaltando las barreras económicas que enfrentan muchos para obtener una formación de calidad o recibir atención médica adecuada.
Con una mirada optimista hacia el futuro, Stella alienta a los jóvenes argentinos a explorar nuevas fronteras y buscar oportunidades, ya sea en su país de origen o más allá de sus fronteras. Destaca la importancia de seguir formándose y adaptándose a un mundo en constante cambio, donde el conocimiento y la creatividad son recursos valiosos.
Con gratitud por su tiempo y sus experiencias compartidas, nos despedimos de Stella, reconociendo su valiente exploración de nuevas culturas y su compromiso con el crecimiento personal y profesional en su hogar adoptivo en Chile.