El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona volvió a fojas cero. Así lo resolvió el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, integrado por los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommasso, luego del escándalo que estalló en torno a la jueza Julieta Makintach, quien fue apartada tras su participación en el documental Justicia divina.
La decisión judicial declaró “la nulidad a partir del 338”, en referencia al artículo del Código Procesal Penal bonaerense que regula la audiencia preliminar donde se presentan las pruebas que serán utilizadas durante el juicio oral. En términos prácticos, esto implica que todo el proceso deberá comenzar nuevamente.
¿Qué implica esta nulidad?
La medida invalida el juicio en curso y retrotrae el proceso hasta la etapa preparatoria. Deberá sortearse un nuevo tribunal con jueces distintos, realizar nuevas citaciones, volver a presentar pruebas y fijar una nueva fecha para el debate oral. Todo lo actuado en las audiencias anteriores queda sin efecto.
La jueza Makintach fue cuestionada por permitir el ingreso de cámaras a la sala durante el desarrollo del juicio, pese a estar expresamente prohibido. Su participación en el documental, grabado en paralelo al proceso judicial, fue considerada una grave irregularidad que comprometió la imparcialidad del juicio.
Un fallo inédito y sus consecuencias
El penalista Juan Pablo Gallego explicó que si bien existen antecedentes de nulidades en esta etapa, «nunca se había visto un caso de esta naturaleza». Según indicó, se trata de una situación sin precedentes en la historia judicial de la provincia de Buenos Aires.
“Es prácticamente inédito que, con un juicio oral ya avanzado, la mayoría de las partes –incluso con intereses opuestos– hayan coincidido en recusar a un magistrado y que esa recusación derive en la anulación total de lo actuado”, remarcó Gallego.
El abogado penalista advirtió que esto representa “un golpe letal a la acusación pública y privada y una victoria estratégica para las defensas”. Al reanudarse el juicio con un nuevo tribunal, se podrían presentar objeciones por doble juzgamiento (non bis in ídem), argumentando que los acusados no pueden ser sometidos dos veces por los mismos hechos, más aún si quienes promovieron la recusación fueron las propias querellas.
Estrategias y especulaciones
Además, Gallego señaló que las partes podrían cambiar su estrategia y la selección de pruebas, en función de lo ocurrido en las audiencias anteriores. “Esta situación abre un terreno fértil para la especulación judicial y podría derivar en nuevos intentos por anular el proceso”, advirtió.
Más allá del accionar de la jueza Makintach, también se cuestiona al sistema judicial de San Isidro por no haber detectado antes las irregularidades. “Fue tan grave lo ocurrido que hasta en los barrios lo llamarían ‘el hijo de la pavota’”, ironizó Gallego sobre la falta de control institucional.
Makintach evalúa renunciar
En medio de la polémica, fuentes cercanas a la jueza indicaron que Makintach analiza renunciar a su cargo como forma de “descomprimir la presión” sobre ella. Sin embargo, aún no tomó una decisión definitiva. De hacerlo, perdería los fueros judiciales y podría ser llamada a declarar como imputada en la causa penal abierta en su contra.
Por lo pronto, la Suprema Corte de Justicia bonaerense le impuso una licencia de 90 días tras conocerse su participación en el documental, lo que refuerza la posibilidad de que su carrera judicial llegue a su fin.
Mientras tanto, el juicio por la muerte de Diego Maradona —en el que están acusados profesionales de la salud por presunta negligencia médica— deberá volver a iniciar su camino en la Justicia, en medio de uno de los mayores escándalos del Poder Judicial argentino en los últimos años.