En diálogo con Caminando Juntos, el padre Leonardo Cuenca, director del Equipo Diocesano Corpus–Loreto, rector del Santuario de Loreto y párroco de Loreto–Santa Ana, compartió un balance profundamente positivo de la multitudinaria peregrinación realizada los días 15 y 16 de noviembre. La celebración superó todas las expectativas y marcó un nuevo hito en la vida pastoral de la diócesis.
La edición de este año reunió a más de 12.000 fieles, según datos de la Policía de Misiones. Una cifra inédita que —tal como destacó el padre Cuenca— “multiplica por diez la población del municipio de Loreto” y confirma el crecimiento sostenido de esta manifestación de fe popular.
“Estamos caminando hacia la 25ª peregrinación, y nuestro pueblo sigue tomándose de la mano de María”, expresó el sacerdote, quien subrayó el entusiasmo y la esperanza que dejaron las jornadas.
Escuchá la entrevista completa, realizada en Radio Tupambaé:
El padre Cuenca explicó que el equipo diocesano comienza su planificación apenas concluye la festividad de Corpus Christi. Desde ese momento se ponen en marcha las reuniones de organización, con un trabajo pastoral que involucra a sacerdotes, laicos, movimientos y comunidades de toda la diócesis.
“Es un trabajo arduo, pero confiamos en un equipo que hace años conoce dónde golpear puertas y cómo preparar el camino”, señaló.
Este año, además, se consolidaron plenamente las tres zonas de salida de peregrinos —zona Sur, Ruta 12 y Posadas— tanto para caminantes como para la bici–peregrinación, que por primera vez partió desde los mismos tres puntos. También registró un crecimiento notable la peregrinación náutica, que cumplió su tercer año y continúa fortaleciéndose.
Una diócesis diversa que camina unida
El rector del santuario subrayó la importancia del respeto y la coordinación entre las distintas zonas pastorales. “Cada una tiene su estilo y sus posibilidades, pero este año las comunidades del interior lograron organizarse casi de manera autónoma: autos de apoyo, alimentos, sonido, transmisión”, afirmó.
Destacó además la articulación entre sacerdotes, jóvenes, movimientos laicales y servicios de apoyo —policía, bomberos, personal médico y voluntarios— que hicieron posible la asistencia a miles de peregrinos.
El desafío de organizar en tiempos de crisis
La peregrinación de este año también estuvo atravesada por la realidad económica del país. El padre Cuenca precisó que muchos costos se triplicaron respecto al año pasado y que las ayudas externas se redujeron hasta un 70%.
“Aun así, organizamos la peregrinación en la misma pobreza que vive la gente. Tuvimos la mitad del sonido y menos infraestructura, pero se sostuvo gracias a la solidaridad”, afirmó.
Pidió que las parroquias y comunidades asuman “como propia” la causa diocesana de Loreto y llamó a pensar formas estables de colaboración económica durante todo el año.
Mirada hacia la peregrinación número 25
El año próximo marcará la 25ª edición, que será un acontecimiento especial que invita a renovar la fe y fortalecer la identidad diocesana.
Entre los desafíos principales, el sacerdote mencionó la necesidad de mejorar la infraestructura para albergar a las delegaciones y la organización del tránsito, que este año volvió a mostrar su límite con el ingreso único al pueblo de Loreto.
Medios de comunicación: una presencia que también peregrina
El padre Cuenca valoró especialmente el rol de Radio Tupambaé y de la Pastoral de Comunicación, que acompañaron tanto la preparación como la cobertura en vivo del evento.
“Los medios permiten que muchos que no pueden estar presentes peregrinen desde sus hogares. Es otra forma de caminar juntos”, destacó.
Una fiesta que refleja la fe del pueblo

La gran participación popular —con delegaciones que seguían llegando incluso iniciada la celebración— mostró, según el sacerdote, el profundo sentido espiritual de la jornada. “Fue impactante ver la cantidad de fieles en la primera misa de la mañana”, afirmó.
Al concluir la entrevista, el padre Cuenca agradeció el apoyo de todas las comunidades y pidió que la Virgen de Loreto siga guiando a la diócesis en este camino de fe compartida.
La peregrinación ya mira hacia el 2025, un año que promete convocar nuevamente al pueblo de Dios para caminar hacia la casa de la Madre.

