La devoción a Nuestra Señora de Guadalupe, considerada la Patrona de América, tiene sus raíces en uno de los acontecimientos religiosos más emblemáticos del continente. Según la tradición, en 1531 la Virgen María se apareció al indígena Juan Diego en la colina de Tepeyac, al norte de la actual Ciudad de México, y le manifestó su deseo de que se construyera un templo en ese lugar.
El entonces obispo de México, fray Juan de Zumárraga, solicitó una prueba que confirmara la veracidad del relato. De acuerdo con las crónicas, la Virgen volvió a presentarse ante Juan Diego y, en pleno invierno y sobre un terreno árido, hizo brotar rosas frescas. El vidente las recogió en su tilma y las llevó ante el obispo. Al desplegar la prenda, no solo cayeron las flores, sino que en la tela apareció impresa la imagen de la Virgen tal como Juan Diego aseguraba haberla visto.

Tras el suceso, se erigió en el Tepeyac una primera capilla que, con el paso de los siglos, daría lugar a la actual Basílica de Guadalupe, uno de los santuarios marianos más visitados del mundo y un punto de referencia espiritual y cultural para millones de peregrinos.
En 1877 la Virgen de Guadalupe fue proclamada Patrona de la América Española, y posteriormente su patronazgo se extendió a todo el continente, consolidando su figura como símbolo de identidad, fe y unidad para los pueblos americanos.
Apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Diego (Juan Diego)
- 9 de diciembre de 1531: Primera aparición sobre el cerro del Tepeyac.
- 10 de diciembre de 1531: Segunda aparición, petición para construir un templo.
- 11 de diciembre de 1531: Tercera aparición para animar a Juan Diego tras la enfermedad de su tío.
- 12 de diciembre de 1531: Cuarta aparición, la Virgen solicita recoger flores y en la tilma queda la imagen impresa.

