Con la llegada de un verano marcado por temperaturas extremas, las consecuencias se hacen sentir en distintos aspectos de la vida cotidiana, y uno de los más afectados es el abastecimiento de agua. Aunque esta temporada ha sido más lluviosa que las anteriores, el intenso calor ha provocado un aumento en el consumo del vital líquido, llevando a las cooperativas y organismos encargados de la distribución a tomar medidas para evitar posibles cortes en el suministro. Sin embargo, a medida que nos adentramos en los meses venideros, surge la preocupación ante la posible reaparición del fenómeno de La Niña, esperado para septiembre, lo que implicaría un nuevo período de sequía prolongada.
Soledad Balán, presidente del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (Eprac), destacó las labores realizadas para garantizar el abastecimiento durante el verano, señalando que, si bien las temperaturas extremas suelen desafiar el funcionamiento de las máquinas de distribución cuando superan los 34º durante varios días consecutivos, este año se vio mitigado por las lluvias y tormentas. No obstante, Balán destacó que la demanda fue especialmente elevada en aquellos sectores donde aún no se ha extendido la red de agua potable, y el suministro sigue dependiendo de camiones cisterna.
El retorno de La Niña y sus posibles efectos han llevado a municipios como Oberá a tomar medidas preventivas. La ciudad se encuentra trabajando en la ampliación de su red de distribución y la recuperación de vertientes y pozos perforados en desuso, en un esfuerzo por anticiparse a las dificultades que podrían presentarse.
En otras localidades, como Jardín América, la situación es delicada. A pesar de haber logrado atender la demanda durante el verano gracias a las precipitaciones y a la puesta en funcionamiento de nuevas infraestructuras, el déficit hídrico ya es evidente. Ernesto Faccendini, gerente de la Cooperativa de Servicios Públicos, expresó su preocupación por el posible retorno de La Niña, destacando la necesidad de encontrar soluciones a largo plazo.
En Ruiz de Montoya y Santo Pipó, así como en otras localidades, los cortes de energía en las tomas de agua son una preocupación constante. Marcos Hasser, presidente de la cooperativa de Ruiz de Montoya, destacó la necesidad de conservar el agua y la búsqueda de financiamiento para nuevas obras de infraestructura.
En Montecarlo, la Cooperativa Eléctrica Limitada continúa gestionando la finalización de una toma de agua desde el río Paraná, detenida por falta de fondos. Esteban Strieder, gerente de la entidad, subrayó la importancia de esta obra ante la posibilidad de un próximo verano con sequía.
Los municipios se están preparando para enfrentar un nuevo período de sequía y alta demanda hídrica, anticipándose a los desafíos que podrían presentarse en los meses venideros. La conciencia sobre el uso racional del agua y la inversión en infraestructura son clave para mitigar los efectos de este fenómeno climático recurrente. Con información de El Territorio
La toma del arroyo Itacuruzú es la principal en Montecarlo y también hay una en el arroyo Caraguatay. Foto: Graciela González