Mons. Martínez, el clero diocesano y de vida religiosa mantienen esta semana un encuentro de formación pastoral


Mons. Martínez dialogó esta mañana con Radio Tupambaé sobre el encuentro que está manteniendo el clero diocesano y de la vida religiosa en Fátima, Garupá, haciendo hincapié en los temas que allí serán tratados.

 

El obispo de Posadas, indicó que “esta semana, hasta el jueves al medio día, estamos con la formación pastoral del clero en Fátima. Hay un filósofo acompañando. Es una semana bastante importante. Generamos comunión también, tanto del clero diocesano como el de la vida religiosa. Nos hace mucho bien. Todos los años tenemos para esta época, un encuentro en la diócesis que nos hace hermanos”.

Manifestó que en esta reunión se encuentran trabajando la temática de la sinodalidad, acentuada por el papa Francisco. “Sínodo quiere decir caminar juntos, que las cosas tenemos que discernirlas juntos. Es como una familia, puede hacerlo uno o pueden hacerlo familiarmente. La Iglesia siempre hizo esto, pero el papa nos acentúa mucho, que en las comunidades trabajemos este tema. De hecho, cada dos años él llama a un sínodo que se hace en Roma habitualmente. Y el tema del año pasado, de octubre del 2023, fue el Sínodo de la Sinodalidad. Y por la importancia del tema, continúa la reflexión hasta este otubre que va a concluir ese sínodo sobre este tema”.

El obispo señaló que en esta oportunidad los acompaña un profesor de Filosofía de la diócesis de Morón, de Buenos Aires, Javier García. “La verdad que nos acompaña mucho, él está muy comprometido porque forma parte del grupo de expertos que acompaña el sínodo. Y entonces nos ayuda a tener algunas miradas. Con los sacerdotes, hay un Consejo de Presbiterio en la diócesis, que se llaman decanos, que están en cada zona, hay cuatro zonas en la diócesis y hay uno que lo votan los curas cada tres años, como referente. Y hacemos una reunión donde vemos qué temática tratamos, para que vean que hacemos consultas, no es que el obispo dice ´quiero tal tema´, no, es a partir de la escucha. Y vimos por qué no reflexionar el tema más experiencialmente, no conceptualmente como una teoría, sino ver por qué nos cuesta a veces el compartir más, el trabajar juntos, porque nos pasa a veces, hay una tentación de que las parroquias, las capillas cada uno esté en lo suyo, cultivando su propio jardincito, sin trabajar en conjunto, y entonces en una comunidad, los problemas que tiene otra a mí no me incumbe. Esa es una tentación que de alguna manera no nos ayuda a ser Iglesia, a compartir más”, señaló.

Destacó que “no es un planteo exclusivo de nosotros, de las parroquias, es un tema que lamentablemente se acentúa muchísimo, hay un tema antropológico quizás, del hombre, de la época, cultural que nos va impregnando excesivamente de individualismo. Entonces, el planteo del sínodo es contracultural, porque va de alguna manera contra una tendencia de la cultura que es individualista. Por eso contracultural es plantear esta manera de considerar al otro, tenerlo en cuenta, es algo que no pasa habitualmente”.

Respecto del encuentro de sacerdotes, precisó que “el jueves a la mañana que se va Javier García, yo estoy con los sacerdotes y hablamos. Uno de los temas va a ser la colecta, cómo fue la colecta. Es digno de leer, porque sorprende que algunas parroquias hacen un aporte brillante, la verdad que se nota que hacen un esfuerzo en algo muy importante, porque la colecta de Cuaresma es una colecta para la gente muy pobre con el tema de la vivienda. Creé esa colecta ya en la diócesis de Reconquista. Cuando vine, hace 23 años que está esa colecta, pero los 6 años anteriores también apliqué esa colecta porque nosotros recibíamos muchas ayudas de Alemania, e hice un viaje, fui a Roma, fui a Alemania, visitando a los que nos ayudaban, y me di cuenta que no eran empresas que nos ayudaban, eran los alemanes en colectas que hacían, y con esas colectas, porque son bien organizados y nos ayudaban a América Latina. Y dije, ¿no será que nosotros no podemos hacer también una colecta buena como la gente? Como ayudándonos a nosotros mismos, y entonces pusimos la colecta de Cuaresma, con el nombre del 1%, como un mínimo de los ingresos totales, lo cual no es que tengamos que poner el 1%, se puede poner lo que pueda o puede poner el 10%. Pero también es un ejercicio de la caridad porque ejercitamos la comunión de bienes, porque en la Cuaresma, que es un tiempo de conversión. (…) Es una colecta que pide el obispo, pero administra Cáritas. Porque después está la colecta de Cáritas Argentina en la diócesis, en junio”.

Con relación a las colectas que se realizan en la diócesis, Mons. Martínez explicó a la audiencia: “Hay colectas como estas que se llaman imperadas. So colectas que se hacen como ayudas para otros, con un fin. Siempre se ha hecho así, ya en Hechos de los Apóstoles, Pedro y los apóstoles de Jerusalén, a Pablo le dijeron, ´bueno está todo bien lo que hacés, acordáte de los pobres. Y Pablo hace colectas para los pobres de Jerusalén´. Siempre la Iglesia se manejó así. Hay colectas que son las cotidianas con la gente que va a una misa en las parroquias, que ayudan para pagar la luz, la vida evangelizadora de la parroquia, son las colectas ordinarias, le decimos, las comunes. Después están las extraordinarias como esta de Cuaresma, como la de Cáritas del mes de junio, como hay una colecta para el Seminario en agosto, está la de septiembre de más por menos; son colectas que van con una finalidad, la de Viernes Santo va a Jerusalén, a las minorías cristianas de allí. Y la Iglesia, eso que llega el Viernes Santo, aporta a los cristianos que están viviendo en Jerusalén que con eta guerra están padeciendo una crisis bastante grande. Las colectas tienen ese sentido, es el compartir de la Iglesia. Y por eso las comunidades también hacen esfuerzos, venden empanadas, pollos, para hacer cosas para sobrevivir en las parroquias, pero es un sistema de ayuda mutua que tenemos nosotros en el tema del bien común”.

El obispo manifestó su preocupación por la situación actual argentina que hace al bien común. “A mí me preocupa esto del bien común, porque en una sociedad donde el individualismo se hace muy fuerte, el tema del bien común no puede desaparecer, por lo menos básicamente en una organización social, en una nación, en una provincia, requiere que si hacen barrios nuevos, se requieren escuelas, salitas de salud, y nosotros tratamos de poner un salón comunitario, por lo menos una capilla. Si hay zonas nuevas o hay un pueblito, hay que hacerle un camino para que esa gente pueda estar conectada, ¿y quién va a hacer eso? Lo tiene que hacer el Estado, no queda alternativa, hay temas que el Estado tiene que asumir, aspectos del bien común, sobre todo en los lugares donde no hay inversiones. Esto es un poco preocupante en este momento, y hay que decir las cosas, lamentablemente uno lo percibe en lo concreto, porque es cierto que un Estado tiene que velar, no ser paternalista (…), pero tiene responsabilidades en algunos temas como en la salud, la educación. (…) El Estado no puede estar ausente totalmente de cosas esenciales que hacen a la población, esto es el bien común”.

El obispo concluyó el diálogo reflexionando respeto de la realidad actual argentina. Expresó que “no se puede ver a la gente como objeto, sino como sujeto. Y ver a la gente como un objeto de variable económica es decir bueno, ´vamos a ser rigurosos, no vamos a tener más déficit´, pero ¿a costa de qué? Del hambre. Y estamos en una situación con sueldos que no han crecido en proporción a los gastos. (…) Estoy hablando desde la gente, de la realidad de la vida cotidiana, porque capaz que hace falta ajustar cosas, pero tiene que ser con sensatez, pensando que la gente necesita vivir y sobre todo, considerando a la gente en mayor situación de pobreza. Esta colecta del 1% justamente un poquito ayuda a alguito de los problemas. Son temas que a todos nos preocupan en la Argentina de hoy. La sensatez es necesaria por nuestra gente, porque la gente es lo más necesario en esta historia”.