Mons. Martínez: “San José, el hombre que le dice sí a Dios”


 

Mons. Juan Rubén Martínez dialogó esta mañana con Radio Tupambaé sobre tres virtudes de san José, patrono de Posadas, y sobre las celebraciones de la Semana Santa.

En relación con la fiesta de san José, el obispo mencionó tres aspectos de este santo de la familia de Nazareth: la fe, el silencio fecundo y el trabajo. “Una presencia que no está tan extendida en los textos bíblicos, en los Evangelios, no se lo nombra, san Lucas es el que más desarrolla, pero es una presencia muy fuerte. Y siendo que es una presencia silenciosa, deja tantos elementos como enseñanza. Porque aparte a san José le tocó un rol muy fuerte en el proyecto de Dios. Nada más ni nada menos que ser el papá de Jesús, ejercer ese rol. (…) Es el hombre que le dice que sí a Dios y le va diciendo que sí en cosas muy fuertes”.

Respecto del silencio, mencionó que no es fácil entender esta palabra, “tenemos necesidad de tener momentos de silencio, y no es fácil porque es cierto que la tentación es siempre estar… Yo veo, llega alguien y ya tiene que prender la radio, siempre tiene que haber un ruido porque hay como un cierto miedo a la soledad y al silencio. Entonces es algún ruido que acompañe. Y a veces tenemos que preguntarnos, cuando tenemos la capacidad de tener algo de interioridad (…), tener a capacidad de parar, de discernir, de estar tranquilo, de pensar las cosas. Cuando hablamos de un retiro espiritual es poco eso, es parar y ver dónde estoy parado, para dónde voy, cómo estoy haciendo las cosas. Esa capacidad de interioridad es muy importante”.

En este sentido, subrayó que san José es el hombre del silencio, “que de hecho él tenía sus sueños, Dios obraba diciéndole en el sueño. Y de él no se escuchan palabras, se levantaba y cumplía la voluntad de Dios. O cuando tuvo que huir de Egipto, se fue. Ni siquiera escuchamos el sí de él sino su acción”.

Por otro lado, san José también es referente en el trabajo, indicó, “en la cotidianidad de tantos años en Nazaret, que trabajaba con Jesús como carpinteros, artesanos. El día primero de mayo celebramos el día de San José Obrero, una oportunidad para pedir por el trabajo a san José. Porque escuchamos tantas cosas económicas en este tiempo, por la crisis, por la recesión, planteos que muchas veces son muy monetaristas. Y al final, muchas veces no escuchamos qué piensan hacer con el tema del trabajo, cómo crear trabajo digno y con una remuneración justa. Es cierto que cada vez más en cuanto al costo de vida nos parecemos a Miami, y en cuanto a los ingresos nos parecemos a Haití. Entonces no condice lo que se gana con lo que se gasta. Es necesario poner un oído en la sabiduría de la gente. La gente quiere trabajar. San Cayetano, por ejemplo, cuando celebramos, piden esto que es tan genuino. Y ojalá que fruto de un diálogo de escucha, se puedan buscar algunos caminos con respecto al trabajo”.

Refirió que san Juan Pablo II en su encíclica Laborem Exercens, sobre el trabajo, “plantea la prioridad del trabajo sobre el capital, el trabajo es el que genera el capital. Una política muy monetarista, plantea crear plata sin trabajo, y eso termina siendo muy complejo.  Mucha gente va quedando en la marginalidad, grandes porcentajes de la población. Todo esto es parte de un problema que hoy tendremos que discernirlo si se quieren hacer seriamente las cosas. Uno siempre supone el deseo de buena voluntad, pero después está el hecho, y a eso apunto, en lo experiencial, concreto, que vive la gente ahora y que hay que escuchar”.

Semana Santa

El obispo recordó que este fin de semana iniciamos la Semana Santa. “Son momentos muy fuertes, la liturgia nos ayuda y en la provincia también los vivimos con hechos muy lindos, porque mucha gente incluso viene a Misiones y se encuentra con hechos ligados a nuestra historia y lo tratamos de vivir así”.

Señaló que el domingo de Ramos es una de las celebraciones más intensas, “la gente participa mucho. Yo prediqué el domingo en la Catedral sobre un diálogo de Jesús con los apóstoles. Claro, el hecho de que Jesús sea proclamado por la gente, provocó el odio de los fariseos y los sumos sacerdotes judíos, porque empezaron a tramar cómo eliminar a ese que crecía en fama, el rey, y empezaron a tramar esta condena, esta calumnia contra él y empezó la trama. Entonces Jesús le dice, ´miren, si el grano de trigo no muere, no puede dar frutos´. Si uno se ama más a sí mismo, egoístamente, no puede dar vida. Y él les habla directamente de lo que iba a pasar, porque sabía la trama que provocó esto en los fariseos. Y el texto proclama a Jesús como rey universal, porque empieza diciendo, ´y un grupo de griegos lo quería ver´. Porque de alguna manera con ese texto, el Evangelio de Juan está diciendo, ´es rey, era tan importante lo que Jesús había adquirido, que no sólo los judíos, sino los griegos también. Asique, sube a Jerusalén, y ahí empieza el punto final de la calumnia y del armado como para matarlo a Jesús. Siendo inocente lo pusieron preso, y siendo inocente lo mataron”, culminó.