En la previa de la Nochebuena, el obispo de Posadas compartió un mensaje de fe y compromiso social en diálogo con Radio Tupambaé, en el marco del cierre del Año Jubilar y de la celebración de la Misa de Nochebuena en la Catedral San José.
En la previa de la Nochebuena, monseñor Juan Rubén Martínez, expresó su alegría por la celebración de la Navidad, a la que definió como “el gran acontecimiento de fe del Emmanuel, el Dios con nosotros”, y recordó que este miércoles a las 20 se celebrará la Misa de Nochebuena en la Catedral San José, que además marcará el cierre del Año Jubilar, un tiempo que calificó como “un año de gracia” en el que “Dios obró su misericordia de muchas maneras”.
En su mensaje, subrayó que la Navidad renueva la esperanza aun en medio de “situaciones complejas y dolorosas” como la pobreza, la enfermedad o la falta de trabajo, y remarcó que “Dios no es algo abstracto, es alguien que quiso estar cerca nuestro” al nacer en la humildad de Belén. Al referirse al sentido social de su mensaje de fin de año, afirmó que “nos ha nacido un salvador”, aclarando que “ningún fulano va a ser el salvador”, y recordó, citando al papa Francisco, que “nadie se salva solo”. Destacó así la solidaridad que se vive en los barrios, donde incluso “con poquito” se construyen gestos de ayuda mutua. Finalmente, animó a las familias a poner a Jesús en el centro de la celebración y aseguró que, con esperanza y colaboración, “vamos a salir adelante”, agradeciendo además a Dios por sus 46 años de vida sacerdotal.
Mensaje completo del Obispo Martínez en diálogo telefónico con La Creíble FM 105.9:
Con alegría, el obispo destacó la importancia de este tiempo litúrgico al señalar que la Navidad celebra “este gran acontecimiento de fe que es tan dignificador: el Emmanuel, el Dios con nosotros”. En ese contexto, anunció que este miércoles a las 20 horas se celebrará la Misa de Nochebuena en la Catedral San José, una celebración que tendrá un carácter especial ya que incluirá el cierre del Año Jubilar vivido por la diócesis.
Mons. Martínez explicó que, siguiendo las orientaciones de la Santa Sede, el jubileo —un año de gracia en el que Dios obró su misericordia de múltiples maneras— culminará con una celebración significativa. “Muchísimos fieles se acercaron a buscar la misericordia de Dios, en hechos cotidianos y también en situaciones muy importantes”, expresó, y recordó especialmente experiencias vividas en distintos puntos de la diócesis, como Loreto. Durante la misa, se presidirá el cierre del jubileo con la cruz emblemática que lo inició el año pasado y que ahora lo concluye. “Queremos decirle amén a Dios por todo lo que obró”, afirmó.
Si bien el cierre se realizará en la Catedral, el obispo indicó que también se extenderá a las parroquias que formaron parte del Año Jubilar y, en general, a toda la diócesis. En ese marco, subrayó que la Navidad y el nacimiento de Jesús renuevan la certeza de la esperanza, incluso en contextos complejos: “Podemos tener situaciones difíciles, pero tenemos la certeza de que Dios está con nosotros y nos acompaña”.
Al reflexionar sobre el sentido profundo de la Navidad, monseñor Martínez remarcó que el Dios que se celebra no es abstracto ni lejano, sino cercano y personal. “Dios no es genérico: es alguien que tanto nos amó que quiso estar cerca nuestro”, sostuvo, al evocar el nacimiento de Jesús en la humildad del pesebre de Belén, sin lugar en la ciudad, cumpliendo la profecía del linaje de David. “Dios toma el camino de la pequeñez, en camino a nuestra redención y salvación”, afirmó.
El obispo también se refirió al mensaje central del Año Jubilar convocado por el papa Francisco, definido como el jubileo de la esperanza. En ese sentido, reconoció las múltiples situaciones de dolor que atraviesan muchas personas: la pobreza creciente, la pérdida de empleo, la enfermedad, la marginalidad o la privación de la libertad. Sin embargo, insistió en que, aun en medio del sufrimiento, “tenemos que estar de pie y nunca darnos por vencidos, porque Dios es Dios”. “Jesús no nos dio un mensaje exitoso, sino un mensaje de seguir adelante aun con cruces, porque la vida siempre triunfa sobre la muerte”, reflexionó.
De cara a la celebración familiar de la Navidad, monseñor Martínez deseó que en los hogares el centro sea Jesús: “Que brindemos y compartamos, pero que también hagamos una oración para que Él esté en nuestra familia y en nuestra sociedad, que tanto lo necesita”. En ese punto, llamó a fortalecer valores como la grandeza espiritual, el amor, la justicia y el sentido del otro, en contraposición al individualismo y el egoísmo.
El obispo también destacó los gestos de solidaridad que se multiplican en los barrios, incluso en contextos de escasez. “Con poquito, la gente multiplica lo que tiene. Es una solidaridad que está en el corazón de nuestra gente”, afirmó, y sostuvo que esa esperanza activa se hace más fuerte cuando aumentan las dificultades.
Consultado por su mensaje central para esta Navidad, monseñor Martínez resumió: “Les ha nacido un Salvador”. Enfatizó que el verdadero Salvador es Jesús y que nadie se salva solo, retomando una enseñanza del papa Francisco. “Necesitamos ayudarnos, tener una dimensión fraternal y sentirnos protagonistas”, expresó.
Finalmente, el obispo se refirió a su 46° aniversario de ministerio sacerdotal, que vive como una acción de gracias. “La vida pasa rápido cuando es intensa”, dijo con gratitud, y recordó su camino pastoral desde su ordenación en San Isidro, su llegada al norte del país y su servicio continuo en la región, siempre con espíritu de entrega. “El Paraná es mi horizonte”, comentó con afecto, agradeciendo a Dios por su recorrido.
La Misa de Nochebuena, que se celebrará a las 20 horas en la Catedral San José, será transmitida por Radio Tupambaé. Al despedirse, monseñor Martínez envió un saludo y bendición a toda la audiencia, deseando que “Jesús nazca en cada hogar” y agradeciendo el acompañamiento permanente de los medios y de la comunidad.

