Miles de palestinos desplazados comenzaron este viernes a movilizarse hacia el norte de Gaza, marcando el inicio de un retorno paulatino a Ciudad de Gaza, tras la entrada en vigor de un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas. La tregua, que contempla también la liberación de rehenes y prisioneros, generó una leve esperanza de estabilidad luego de meses de intensos combates.
Según reportó Reuters, caravanas de familias avanzan por las carreteras destruidas en vehículos deteriorados o a pie, cargando las pocas pertenencias que pudieron conservar. La escena simboliza el impacto del acuerdo, que implicó la retirada parcial de tropas israelíes de varios sectores del enclave y permitió el retorno de civiles a zonas devastadas por la guerra.
El gobierno israelí ratificó la tregua en las primeras horas del viernes, y el cese de hostilidades entró en vigor al mediodía local. De acuerdo con información del ejército israelí, la suspensión de los ataques habilita la reanudación de la vida civil en áreas urbanas afectadas por los recientes enfrentamientos. Ciudad de Gaza, epicentro de los bombardeos, volvió a recibir a sus habitantes tras meses de desplazamiento forzado.
Como parte del acuerdo, se prevé la liberación escalonada de rehenes israelíes retenidos en Gaza dentro de las próximas 72 horas, a cambio de la excarcelación de centenares de prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Esta medida busca consolidar el proceso de distensión y abrir un espacio para eventuales conversaciones de paz.
La primera fase del plan —impulsado con mediación de Estados Unidos y avalado por Naciones Unidas— incluye la retirada gradual de las fuerzas israelíes de varias zonas urbanas, aunque mantendrán el control de aproximadamente la mitad del territorio. “El acuerdo contempla la entrada de ayuda humanitaria para aliviar la crisis que enfrenta la población”, indicó una fuente oficial citada por Reuters.
Camiones con alimentos, medicinas y agua potable comenzaron a ingresar nuevamente al enclave, donde cientos de miles de personas permanecen en campamentos tras perder sus hogares durante los ataques. La reactivación de los corredores humanitarios permitirá una asistencia inmediata a las familias afectadas, mientras se evalúan las condiciones para el retorno seguro y la reconstrucción de las comunidades destruidas.
Aunque el cese de hostilidades ofrece un respiro, la situación en Gaza sigue siendo frágil. El cumplimiento del acuerdo y la sostenibilidad de la tregua dependerán de la voluntad de ambas partes y del avance de los mecanismos internacionales de verificación. El retorno de los desplazados marca un nuevo capítulo en la crisis del enclave, pero el futuro político y humanitario de Gaza aún permanece incierto.

