Milei despide a 24.000 empleados públicos: “Nadie sabe quién será el próximo”


Javier Milei, presidente de Argentina, ha desatado una ola de despidos masivos en el sector público, con consecuencias devastadoras para miles de trabajadores y un clima de incertidumbre que se cierne sobre el país.

Desde su asunción en diciembre, Milei ha puesto en marcha una política de reducción drástica del personal estatal, con la eliminación de 9.000 puestos en sus primeros dos meses de gobierno y la orden de despedir a otros 15.000 esta semana. Se estima que otros 50.000 trabajadores con contratos temporales están en vilo, sin saber si conservarán sus empleos.

“Estamos viviendo una situación de terror psicológico”, denuncia una trabajadora de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias. La incertidumbre sobre quiénes serán los próximos en ser despedidos afecta profundamente la salud mental de los empleados públicos, que se encuentran paralizados y sin saber qué deparará el futuro.

Milei, un economista autodefinido como anarcocapitalista, ha fundamentado su política de recortes en la idea de reducir un Estado que considera “enemigo” y “una asociación criminal”. Su objetivo es eliminar entre el 15% y el 20% del personal estatal con contratos temporales, argumentando que el Estado argentino es demasiado grande e ineficiente para un país empobrecido.

Sin embargo, los despidos no han sido selectivos ni basados en criterios claros. Muchos trabajadores se quejan de que las decisiones parecen haber sido tomadas al azar, sin considerar la trayectoria laboral ni las circunstancias personales de los afectados. Esto ha generado un clima de tensión y malestar entre los empleados públicos, que han organizado protestas frente a las sedes oficiales en medio de denuncias de intentos de amedrentamiento por parte de algunos custodios.

La situación se agrava por la falta de oportunidades en el mercado laboral privado, sumido en una profunda crisis económica que dificulta la inserción de los trabajadores despedidos. Muchos de ellos temen perder también el acceso a la seguridad social y a tratamientos médicos esenciales para ellos o sus familiares.

Los recortes no se limitan al sector público. Milei ha intervenido todos los medios estatales y ha reducido drásticamente el financiamiento al cine y la cultura argentina. En el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), los despidos y la suspensión de proyectos amenazan con dejar a miles de trabajadores en la calle y poner en peligro la diversidad cultural del país. Con información de El País