Con este el marco en el que deben moverse las autoridades del palacio de Hacienda, con el objetivo de ir acercando posiciones sobre todo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre las cuestiones de gran importancia está la revisión de metas del programa alcanzado entre la Administración del presidente Alberto Fernández y el organismo internacional respecto al 2022.
En este contexto, es que la delegación argentina que encabeza el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, en Washington, pretende moverse de manera eficaz para cerrar esta misma semana esa revisión técnica.
El principal objetivo pasa porque el directorio de la entidad apruebe cuanto antes un desembolso de u$s5.400 millones.
El apuro se debe a que la Argentina tiene que pagar entre el 21 y el 22 de marzo un par de vencimientos que suman unos u$s2.700 millones. En el contexto de escasez de reservas internacionales, el movimiento contable que tiene que aprobar el board que conduce Kristalina Georgieva se torna indispensable.
Las versiones indican que esta semana se tiene que dar a conocer los términos del reporte técnico elaborado por los miembros del Staff del organismo y luego de ello, presumiblemente el 20 de este mes el directorio del Fondo gatille el desembolso.
Rubinstein junto con el secretario de Hacienda, Raul Rigo, y el jefe de asesores Leonardo Madcur, negocian una nueva configuración del programa de Argentina por u$s45.000 millones aprobado hace apenas un año con Martín Guzmán a la cabeza del Palacio de Hacienda.
En 2023 la Argentina tienen que presentar un total de reservas internacionales de u$s12.400 millones. En el primer trimestre debería mostrar que tiene en “caja” unos u$s7.700 millones, aunque ya se descarta que es inviable.
Como directa consecuencia de la sequía se perderán casi u$s20.000 millones de exportaciones en tanto que este año el gobierno tiene un flujo negativo con el FMI, entre pagos y desembolsos, de u$s3.800 millones. La negociación ahora pasa por configurar nuevas metas de reservas, y hay algunas demoras al respecto porque no está claro todavía cuál podría ser el esfuerzo que está en condiciones de hacer Argentina.
Así, las metas fiscales de lograr una reducción del déficit al 1,9% del PBI este año estarían también comprometidas, ya que en un año electoral será difícil evitar que suba el gasto, mientras que por el lado de los ingresos se prevé una caída de la recaudación de impuestos. De acuerdo a lo que plantea el IERAL en su último reporte “con el “dólar soja” se adelantaron liquidaciones para diciembre, para acercarse a las metas del cuarto trimestre de 2022, al costo de vaciar los silobolsas y, por ende,sacrificar el cumplimiento de las metas de este primer trimestre”.
“Mientras en el primer bimestre de 2022 la liquidación de exportaciones de CIARACEC alcanzó a 4,94 mil millones de dólares corrientes, en igual período de 2023 el ingreso de divisas por este canal se achicó a 1,57 mil millones, una merma de casi 3,4 mil millones de dólares, atribuible al cambio de estacionalidad que disparó el “dólar soja””, dice el informe.
El IERAL señala que “aun cuando la Argentina no tenga que cumplir al pie de la letra lo inicialmente comprometido en materia de acumulación de reservas, las expectativas de los agentes económicos seguirán afectadas por la fragilidad del balance del Banco Central, con activos externos que se contraen y pasivos en moneda local que se expanden a toda velocidad”.
FUENTE: D26.