Desde Roma, el fotógrafo español compartió su experiencia única de acompañar al Papa Francisco desde 2014, un año después del inicio de su pontificado, hasta su última aparición pública. También relató la inesperada llamada personal que recibió del Pontífice en 2018, un gesto que marcó profundamente su vida.
En una entrevista exclusiva con el programa El Ritmo Sigue, que se emite por Radio Tupa Mbae, el fotógrafo español Daniel Ibáñez, radicado en Roma y colaborador de EWTN News y ACI Prensa, relató en detalle su cercanía con el Papa Francisco durante más de una década de labor profesional en el Vaticano.
Ibáñez fue testigo de múltiples momentos históricos del Pontífice argentino, incluyendo su última aparición pública en la Pascua de 2025, y compartió la intimidad de una experiencia que, según sus palabras, «transformó su vida»: la llamada directa del Papa en 2018.
La última Pascua y una noticia inesperada
El fotógrafo recordó con emoción la Pascua de 2025, cuando captó las últimas imágenes del Papa Francisco. «Trabajé el Domingo de Pascua, pero nunca hubiera pensado que fueran las últimas fotografías», expresó.
Contó que el lunes de Pascua, día festivo en Italia, se encontraba descansando con su familia cuando se despertó por la vibración constante del teléfono. «Mi mujer me dijo: Dani, ha muerto el Papa. Me levanté de un salto. Lo había visto el día anterior, saludando desde el balcón y saludando a los fieles en el Papamóvil. No lo esperaba».
Para Ibáñez, el momento tuvo un fuerte simbolismo cristiano: «Creo que para los cristianos, irse el lunes de Pascua tiene un sentido especial, porque el domingo celebrábamos la resurrección de Cristo».
Un llamado que cambió su vida
Entre los recuerdos más personales, Daniel revivió el día en que recibió una llamada telefónica directa del Papa Francisco. Fue en 2018, tras enviarle una carta al Vaticano durante el Sínodo de los Jóvenes.
«Era la tercera vez que le escribía. Las anteriores había recibido respuestas impersonales. Pero esa mañana, al llegar a la oficina, mi teléfono vibró con un número desconocido. Cuando atendí, escuché: Soy Francisco. He recibido tu carta».
Ibáñez confesó que quedó paralizado por la emoción. «En la oficina pensaron que me estaba pasando algo grave. Me repitió cuatro veces lo que tenía que hacer. Me invitaba a la Misa matutina en Santa Marta».
La experiencia lo marcó profundamente: «Llegué a la capilla, entré último. El maestro de ceremonias me pidió que leyera el Salmo. Le dije que hablaba ‘itañol’, pero respondió: al Santo Padre le encantará». Al finalizar la Misa, el Papa lo saludó personalmente: «Tuve la suerte de darle un fuerte abrazo».
Ese gesto fue especialmente significativo. «Ese año había muerto mi abuelo, con quien no pude despedirme. Ese abrazo fue como cerrar un ciclo, como si abrazara a ese abuelo que no pude abrazar por última vez».
Invitación especial a su boda
El vínculo con el Papa se fortaleció con el paso del tiempo. Ibáñez reveló que, cuando se encontraba preparando su boda, dejó en el escritorio de su jefe una invitación para el Pontífice. «Obviamente no iba a ir, pero quería que rezara por nosotros».
Para su sorpresa, antes del casamiento recibió una llamada de la Casa Pontificia: el Papa los invitaba a una audiencia privada el 12 de agosto. «Estuvimos 30 minutos con él. Fue su forma de bendecir nuestra unión. Así saldé la deuda por no haber pensado en mi mujer en aquel primer llamado», contó entre risas.
Testigo del pontificado
A sus 32 años, Daniel Ibáñez ha acompañado al Papa Francisco en seis viajes apostólicos, documentando momentos históricos y destacando su estilo pastoral cercano. «Francisco fue el Papa de los gestos. Siempre estuvo cerca de la gente. Para mí, como católico, fue un honor poder fotografiarlo«, expresó el fotógrafo español acreditado en el Vaticano.
Recordó que su llegada a Roma fue casi fortuita: «Vine a hacer unas prácticas de seis meses y ya llevo casi doce años. Como decía un santo español: ‘Sueña, y te quedarás corto’. Esto forma parte del plan que Dios tiene conmigo».
También rememoró su participación como peregrino en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en 2013, sin imaginar que un año después estaría trabajando en el corazón de la Santa Sede.
Una imagen para la historia
Consultado sobre si existe una imagen que capture la esencia del Papa Francisco, Ibáñez reflexionó: «Hay muchas, pero tal vez las que más lo representan son las que muestran su humanidad, su cercanía con los más pobres, sus gestos espontáneos. Eso fue él: el Papa del abrazo, el Papa de la misericordia».
Destacó especialmente una fotografía tomada en Fátima en 2017: «Para mí, esa imagen lo resume todo: el Papa rezando el rosario, Cristo, la Virgen de Fátima, los obispos, la gente… Francisco fue un enamorado de María, y eligió ser enterrado en Santa María la Mayor. Esa devoción marcó su pontificado».
Al reflexionar sobre su trabajo fotográfico, añadió: «Siempre decía que mi mejor foto del Papa sería la que haría mañana. Pero ahora que el pontificado ha concluido, me toca elegir». Entre sus favoritas, mencionó una imagen simbólica: «La sombra de su rostro proyectada sobre su silla, con la mano apoyada en el bastón… una forma hermosa de cerrar este ciclo».
El fotógrafo más joven acreditado en el Vaticano
Daniel Ibáñez explicó que, aunque los fotógrafos acreditados en el Vaticano mantienen su credencial tras un cambio de pontífice, el futuro inmediato es incierto: «Estamos en sede vacante y hay cambios que ya se notan. Todo dependerá del nuevo Papa: si decide viajar o no, si su primer destino es Argentina… Hay muchas variables. Mi acreditación es válida hasta enero de 2027 y espero poder cubrir el Jubileo y el cierre de la Puerta Santa, pero en este momento vamos día a día», cerró.
Para acceder al trabajo fotográfico de Daniel Ibáñez, los interesados pueden comunicarse a través de su cuenta oficial de Instagram.
Por Fabricio Salto