En el momento justo apareció la figura que Racing necesitaba. Adrián “Maravilla” Martínez puso fin a una sequía de más de diez partidos sin marcar y le dio a la Academia el gol del triunfo ante Boca en la Bombonera, sellando así su clasificación a la final del Torneo Clausura.
El delantero de 33 años llevaba 953 minutos sin convertir, su racha negativa más prolongada desde que llegó al club. La falta de gol comenzaba a inquietar tanto a los hinchas como al cuerpo técnico de Gustavo Costas, que veía cómo se diluía la principal carta ofensiva del equipo. Pero el maleficio se rompió en un clásico cerrado y con pocas situaciones de peligro.
A los 29 minutos del segundo tiempo, Martínez conectó de cabeza un centro preciso de Gabriel Rojas, superó en el salto a Ayrton Costa —sólido hasta ese momento— y venció a Agustín Marchesín para decretar el 1-0 que dejó a Boca fuera de competencia. Racing venía de eliminar a River en octavos (3-2) y a Tigre por penales, y ahora espera en la final al ganador del cruce entre Estudiantes y Gimnasia.
“Contento. Los delanteros necesitan el gol. Mientras llegue a casa y sepa que dejé todo, estoy tranquilo. El equipo no depende solamente de mí”, señaló Martínez en diálogo con ESPN Premium. Fiel a su estilo, dejó también una reflexión espiritual sobre su mala racha: “Con fe, siempre creyendo. Todo hijo de Dios pasó por el desierto. Dios te prepara y te moldea ahí, cuando las cosas no salen”.
Con su cabezazo decisivo, “Maravilla” Martínez encontró alivio personal y empujó a Racing a una nueva definición, demostrando que en los momentos más difíciles aparecen los jugadores capaces de cambiar la historia.

