Tras la reciente visita del ex primer ministro británico David Cameron a las Islas Malvinas, el Comisionado de las Georgias y Sandwich del Sur, en nombre de su majestad, ha impuesto restricciones totales a la navegación y pesca en una extensión adicional de casi 170.000 km2 del Mar Austral.
Este anuncio, realizado el pasado 26 de febrero, ha generado una nueva ola de tensiones entre Argentina y el Reino Unido. Desde la Liga Naval Argentina (LNA), se ha calificado esta medida como un «nuevo atropello a la soberanía argentina» sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.
Las restricciones impuestas se enmarcan en la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP), que imponen medidas especiales de restricción a actividades extractivas como la pesca y la exploración petrolera. Según explican desde la LNA, Londres ha avanzado unilateralmente en la expansión de estas áreas desde 2012, sin compartir criterios con otros países y sin respetar las normativas internacionales.
El Foreign Office ha justificado estas medidas como necesarias para preservar los recursos ictícolas, especialmente el Krill, gravemente afectado por la pesca de arrastre. Las nuevas restricciones elevan el área protegida a 449.000 km2, lo que representa el 36% de la zona marítima de las Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Sin embargo, estas acciones han sido duramente criticadas por expertos y funcionarios argentinos, quienes señalan que las decisiones unilaterales del Reino Unido no solo violan la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, sino que también infringen las normas establecidas por la Convención para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos (CCAMLR), de la cual ambos países son signatarios.
Desde la Cancillería argentina se ha elevado una nota de protesta, reiterando el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas y cuestionando la legitimidad de las medidas impuestas por el Reino Unido. Este nuevo episodio de tensiones se produce apenas días después de la reunión entre la canciller argentina Diana Mondino y David Cameron, donde se expresó el malestar oficial por la visita del ex primer ministro británico a las Islas Malvinas.
A pesar de los intentos del Reino Unido de justificar estas medidas como parte de una revisión periódica, desde Argentina se considera que estas acciones constituyen una provocación y un claro desafío a la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Con información de Infobae